SANTIAGO, 11 Nov. (EUROPA PRESS) -
El Ministerio de Desarrollo Social, el Servicio Nacional de la Mujer y el Instituto Nacional de la Juventud de Chile han presentado este lunes un informe sobre violencia en las primera relaciones amorosas, el cual ha recogido que al menos un 61 por ciento de los jóvenes encuestados "conoce a alguien de su entorno que ha vivido situaciones de violencia en una relación de pareja".
El informe ha sido presentado por los responsables de los tres organismos y ha dejado algunas cifras preocupantes al respecto de la violencia en este tipo de relaciones, conocidas como de 'pololeo'. Así, un 78 por ciento afirma conocer casos de insultos o gritos y un 58 por ciento está al tanto de situaciones en las que se llegó a la manos.
Se trata de unos datos preocupantes pues representan "una realidad más frecuente de lo que parece", ha afirmado el ministro de Desarrollo Social, Bruno Baranda. "Son datos relevantes que nos deben llevar a tomar medidas y desarrollar programas que nos permitan enfrentar esta situación".
El estudio también ha arrojado algunas cifras al respecto de la percepción que los jóvenes tienen de algunas de las situaciones violentas que pueden llegar a producirse. Así, un 24 por ciento de los encuestados ha considerado que existen casos en los que los gritos e insultos están justificados, mientras que un 12 por ciento ha opinado que empujarse o tirarse cosas puede justificarse en algunas ocasiones.
"En Chile, culturalmente, el hombre considera que la mujer es de su propiedad, y estamos haciéndonos cargo del problema fomentando una serie de políticas públicas que cambien esta situación", ha apuntado la responsable del Servicio Nacional de la Mujer, Loreto Seguel.
Los celos son, según un 63 por ciento de los sondeados, el detonante principal de la violencia en las relaciones sentimentales. Tanto es así, que otro 34 por ciento ha reconocido haber espiado las cuentas personales de las redes sociales de su pareja a causa de ellos.
Por su parte, hasta un 71 por ciento ha considerado que ser testigo de episodios de violencia entre los padres puede desencadenar este tipo de actitudes en los hijos en un futuro.