Actualizado 01/03/2010 20:15

Chile.- Vecinos del Maule reclaman alimentos y combustible para sobrevivir en las carpas habilitadas tras el terremoto


SANTIAGO, 1 Mar. (EUROPA PRESS) -

Los habitantes de la ciudad de Talca, en el departamento del Maule, una de las zonas más afectadas por el terremoto del pasado sábado, reclamaron este lunes a las autoridades chilenas mayores suministros de alimentos y combustible para poder sobrevivir en las carpas habilitadas para alojar a los damnificados.

Los cerca de 360.000 habitantes de Talca denunciaron la gravedad de la situación en la ciudad donde los vecinos han decidido organizarse en carpas y comunas para la obtención de alimentos y de otros enseres básicos, ante la falta de iniciativas gubernamentales. "Parece que nadie en la capital se ha dado cuenta de que Talca está en el suelo", relata uno de los afectados.

En las zonas más despejadas los talquinos han levantado carpas improvisadas que dan acogida a los vecinos afectados por el seísmo mientras algunos tratan de recuperar los objetos personales de sus viviendas derruidas y emprenden las tareas de desescombrado al margen de las autoridades locales. "Nadie ha venido por aquí; no tenemos agua ni comida, tratamos de organizarnos como podemos", señala uno de los vecinos en declaraciones al diario 'La Tercera'.

La escasez de alimentos es uno de los principales problemas que aquejan a la población del Maule donde las acuciantes necesidades de los vecinos han provocado numerosos saqueos en los centros comerciales y tiendas medio derruidas.

Para evitar estas actuaciones algunas farmacias de Talca han comenzado a repartir leche y pañales de forma gratuita para socorrer a los menores afectados por el terremoto, lo que ha provocado una afluencia masiva de gente que ha obligado a las fuerzas de seguridad a controlar la distribución de estos materiales.

En los pocos comercios que se sostienen en pie, aunque con la estructura dañada, los propietarios distribuyen alimentos básicos como patatas, huevos, cebollas y algunas hortalizas que provocan la formación de grandes colas en los puntos de reparto.

A la falta de alimentos se suma la de combustible que solo se ofrece suministro a los llamados vehículos de emergencia pese a que también tienen que soportar largas horas de espera, ante la desesperación de los vecinos de la zona.

Otras estaciones de servicio han optado por vender el combustible únicamente a personas con bidones para agilizar el abastecimiento de la población y ahorrar combustible. Las autoridades locales vigilan estos puntos para evitar disturbios entre la población cuando se agota el gasoil tras largas colas.

Los vehículos particulares no tienen ninguna posibilidad de abastecerse en estos momentos donde la prioridad es atender a la población recluida en carpas y a los transportes que reparten la ayuda para ahorrar combustible.