Actualizado 12/08/2009 17:07

Cientos de personas siguen desaparecidas por alud en Taiwán

Por Ralph Jennings

CISHAN, Taiwán (Reuters/EP) - Cientos de personas seguían desaparecidas el miércoles en pueblos del sur de Taiwán y autoridades dijeron que no sabían cuántas de ellas habían muerto en los aludes desatados por el tifón Morakot.

Morakot, que pasó por Taiwán el fin de semana, dejó unos 70 muertos en toda la isla y provocó pérdidas agrícolas por más de 9.000 millones de dólares taiwaneses (275 millones de dólares). Más de 100 personas murieron en Asia por el tifón y la tormenta tropical Etau.

Pero varios cientos de pobladores inicialmente registrados como desaparecidos aparecieron con vida en áreas donde las rutas habían quedado destrozadas y el acceso estaba restringido a helicópteros.

El Gobierno envió fuerzas especiales con teléfonos satelitales a las zonas más afectadas.

"Estamos ansiosos por dar lo mejor de nosotros para sacar a las personas atrapadas", dijo Hu Jui-chou, un oficial del Ejército involucrado en el trabajo de rescate. "Las esperanzas son menores a medida que pasan los días".

Hu dijo que era incierto cuántas personas estaban sepultadas por el alud y posiblemente muertas en pueblos remotos del sur de Taiwán.

Más de 200 habitantes del pueblo Hsiao Lin, en el condado de Kaohsiung, fueron hallados a salvo. Pero las autoridades dijeron que no sabían cuántos de los 1.000 registrados como residentes estaban presentes cuando ocurrió el alud.

Otros cientos fueron encontrados con vida en varios pueblos. Los sobrevivientes dijeron que subieron a terrenos más altos antes de que las paredes de barro y piedras llegaran a sus hogares.

"Tengo que decir que me siento muy bien de estar vivo", dijo Lin Dong-wen, de 45 años y oriundo de Namahsia, sentado en frente de una pila de medicamentos después de ser trasladado por un helicóptero de rescate.

"Si me hubieran dejado más tiempo allí, no hubiera sobrevivido. Vi el alud llegar", dijo Lin después de llegar a Cishan, el centro del operativo de rescate.

"Fue realmente enorme, me desmayé. Cuando desperté, había barro por todos lados y tuve que trepar sobre él", relató.

Los helicópteros arrojaron comida y suministros a los sobrevivientes que lograron subir a las colinas. Las lluvias torrenciales provocadas por el tifón desataron aludes que destrozaron pueblos, rutas y puentes.