Actualizado 16/12/2009 14:47

Clima.- Evo Morales subraya que para salvar el planeta hay que "acabar con el sistema capitalista"


COPENHAGUE, 16 Dic. (de la enviada especial de Europa Press María Pin) -

El presidente de Bolivia, Evo Morales, aseguró hoy que para salvar el planeta y luchar contra el cambio climático es necesario y no hay otra alternativa más que "acabar con el sistema capitalista", que pertenece a su juicio a "la cultura de la muerte".

"Nosotros venimos de la cultura de la vida y el modelo capitalista representa la cultura de la muerte -- dijo --. En esta cumbre tenemos que decidir si estamos con la cultura de la vida o con la cultura de la muerte", resaltó.

En rueda de prensa antes de participar en el plenario de la Cumbre del Clima de Copenhague, Morales defendió los "derechos de la madre Tierra" e hizo referencia al ex presidente cubano Fidel Castro y atribuyó a éste el concepto de 'deuda ecológica', que deberían pagar los países ricos en lugar de la deuda externa. En el mismo, entraría la recuperación del espacio atmosférico de los países en desarrollo y el pago de daños y perjuicios presentes y futuros.

Además, el presidente de Bolivia propuso la creación de un 'Tribunal de Justicia Climática' para condenar a aquellos países que siguen dañando el planeta e instó a acabar con las guerras, que traen "destrucción y ganancias" para unos pocos, y con el imperialismo y el colonialismo.

El presidente venezolano, Hugo Chávez, adelantó hace días su presencia en la cumbre, junto con el presidente boliviano, Evo Morales, para defender la postura de los países del ALBA en la cumbre de Copenhague.

Los presidentes del bloque regional instaron este lunes a los países desarrollados a destinar el 6 por ciento de su Producto Interior Bruto a los países en vías de desarrollo con el objetivo de ayudarles a luchar contra el cambio climático y contribuir a saldar "su deuda climática" por haber "generado aproximadamente tres cuartas partes de las emisiones históricas mundiales".

En una declaración conjunta suscrita con motivo de la VIII Cumbre del ALBA celebrada en La Habana el pasado domingo y lunes, los líderes del bloque admitieron su "profunda preocupación" por la marcha de las negociaciones al percibir que "los países desarrollados, principales responsables del cambio climático y de sus impactos adversos, no tienen la intención de alcanzar resultados justos y balanceados en Copenhague".

En este sentido, los líderes del ALBA "deploran" el intento de los países desarrollados de "desplazar la carga que representan la mitigación y adaptación" al calentamiento global hacia los países en vías de desarrollo y rechazan todo acuerdo global en Copenhague "que condene al 80 por ciento de la población mundial a vivir en el subdesarrollo y en la pobreza", algo "inaceptable" que "viola los principios de responsabilidad histórica, de equidad y responsabilidades comunes pero diferenciadas".

PIDE A LOS RICOS OBJETIVOS SUSTANCIALES

Por ello, instan a los países desarrollados a saldar su deuda climática comprometiéndose con objetivos "vinculantes" y "sustanciales" de reducción de emisiones "domésticas" y de "reabsorción" del CO2 de la atmósfera.

Igualmente, les reclaman cumplir "sus compromisos de transferencia efectiva de tecnología" de forma "asequible" para los países en vías de desarrollo y, por otra parte, garanticen "recursos financieros públicos adicionales, adecuados, previsibles y sostenibles" para contribuir a su adaptación al cambio climático y, en este sentido, consideran que deben destinar el 6 por ciento de su PIB a saldar su deuda climática.

Asimismo, dejaron claro su rechazo a "soluciones de mercado" para mitigar el cambio climático como "la venta de bonos de carbono" al considerar que ello se inscribe en "la misma lógica que provocó el estallido de la más grave crisis económica y financiera global" desde 1930 y, además, permite a los países "que causaron el cambio climático seguir contaminando, mientras que la carga de reducción de las emisiones se traspasa a los países en desarrollo".

Por el contrario, instan a los países desarrollados a cambiar sus modelos de consumo y productivos y a reformar el sistema financiero internacional al defender un modelo de desarrollo "no basado en la mercantilización de la naturaleza" sino en el concepto del "Buen Vivir", es decir, vivir en armonía con la naturaleza y, desde esta perspectiva, creen que la iniciativas como la ecuatoriana Yanusí ITT deben ser "compensadas financieramente y promovidas a nivel mundial" por su papel en la lucha contra el cambio climático.

El ALBA, creada en 2003 a instancias de Cuba y Venezuela como contrapeso al Acuerdo de Libre Comercio de las Américas (ALCA), está integrado actualmente por Antigua y Barbuda, Bolivia, Cuba, Dominica, Ecuador, Nicaragua, San Vicente y Granadinas y la propia Venezuela.

Honduras integraba el bloque hasta el derrocamiento en junio en un golpe militar del presidente Manuel Zelaya, aunque este país estuvo representado en la Cumbre del ALBA celebrada este domingo y lunes en la capital cubana por la ministra del Gobierno derrocado, Patricia Rodas.