Actualizado 17/06/2013 03:28

Los dos españoles rescatados pensaron que iban morir durante el secuestro

Españoles secuestrados en Colombia
REUTERS

Después de la dura experiencia del secuestro, Ángel le propuso matrimonio a María Concepción, que aceptó con un contundente sí


BOGOTA, 17 Jun. (Reuters/EP) -

Los dos españoles que estuvieron secuestrados casi un mes en Colombia por una banda de delincuentes hasta ser rescatados sanos y salvos creían que sus captores los iban a matar y denunciaron haber sido maltratados psicológicamente, golpeados y encadenados.

Un día después de haber sido liberados por la policía en una operación sin resistencia ni capturas cerca de la ciudad de Maicao, en el noroeste colombiano y a poca distancia de la frontera con Venezuela, María Concepción Marlaska y Ángel Fernández Sánchez contaron su historia este domingo a los periodistas.

La pareja fue secuestrada el 17 de mayo cuando iba en un vehículo de alquiler hacia el Cabo de la Vela, un lugar turístico en el extremo norte del país, después de hacer un alto en una carretera que atraviesa una zona desértica con presencia de grupos armados dedicados al narcotráfico y al contrabando.

"El primer día fue muy, muy traumático, (...) estábamos convencidos de que nos iban a matar", dijo Ángel, de 49 años. "Nos dijeron que nos metiéramos al coche, que era un atraco (...) y yo me negué", dijo María Concepción, de 43 años. "Entonces me golpearon en la cabeza (...), nos metieron en el coche y nos apretaron para abajo y nos llevaron, ya no sabemos ni cuánto tiempo ni dónde", agregó.

PERDIENDO LA NOCION DEL TIEMPO

El grupo de delincuentes comunes exigía 500.000 euros como rescate por los ciudadanos españoles. Parte del dinero fue cobrado por un empresario español y otro de origen sirio capturados por la policía de España, en una operación que permitió ubicar a los rehenes.

Durante el cautiverio los extranjeros durmieron en hamacas en caseríos habitados por indígenas y se alimentaron con comida típica de la región como carne de chivo.

"Perdimos la noción del tiempo, perdimos la noción de dónde estábamos", dijo Fernández, quien recordó las amenazas que recibía y celebró estar libre y no encadenado "como un perro".

Después de la dura experiencia del secuestro Fernández le propuso matrimonio a Marlaska, que aceptó con un contundente sí.