Actualizado 22/11/2016 17:18

Cómo Colombia pasó de ser el principal productor de droga de la región a uno de los mayores consumidores

Marihuana
REUTERS
   

   BOGOTÁ, 13 Nov. (Notimérica) -

Medellín, Cali, Norte del Valle, Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) o Autodefensas Unidas de Colombia (AUC). Estas son algunas de las organizaciones que controlaron el negocio de la droga en Colombia entre los años 80, 90 y la primera década del 2000.

   Con la llegada del nuevo milenio y hasta el 2005, serían las bandas criminales (bacrim), formadas por disidentes de la desmovilización de paramilitares de hace una década, quienes heredarían el narcotráfico 'cafetero'. A partir del año 2010, este lucrativo mundo estaría controlado por la delincuencia organizada multicriminal.

   El mundo de la droga ha cambiado en Colombia, tanto en su producción y distribución como en su consumo. Así lo atestigua el informe 'Narcomenudeo en Colombia: una transformación de la economía criminal', elaborado por el Departamento Nacional de Planeación colombiano (DNP).

   En las últimas décadas, el país 'cafetero' ha sido uno de los mayores productores de droga del mundo, alcanzando su auge en la década de 1980 gracias al poderoso Cártel de Medellín, organización liderada por el narcotraficante Pablo Escobar, y a otros con menor influencia --pero también de gran notoriedad-- como el Cártel de Cali.

    

    Entre principios de los 90 --con la caída de las organizaciones medellinense y caleña-- y el 2008, fue el Cártel del Norte del Valle el que lideraría el narcotráfico colombiano junto a otras organizaciones como el grupo guerrillero FARC y al paramilitar AUC.

   Pero en la actualidad, además de ser un gran productor y exportador de diversas sustancias estupefacientes como la cocaína o la marihuana, Colombia es un importante consumidor debido, entre otras cosas, a la proliferación del narcomenudeo --según el DNP, consiste en el mercado ilegal de drogas en dosis personales que van desde uno hasta 2.000 gramos en cocaína y basuco, y hasta los 10 kilogramos en marihuana--.

   Este negocio movió en 2015 cerca de seis billones de pesos (casi 2.000 millones de dólares), lo que equivale al 0.75 por ciento del PIB del país. Del total, 300.000 millones de pesos (98 millones de dólares) corresponden a las ganancias de la red dedicada al cultivo y producción, 2,5 billones (817 millones) a la banda delincuencial que la distribuye y 3,2 billones (algo más de mil millones de dólares) a los expendedores de droga que la ponen en las calles para el consumo.

   Un negocio en auge que ha llegado a superar en términos de rentabilidad a su 'hermano mayor', el narcotráfico: 346,2 por ciento de rentabilidad del narcomenudeo frente a un 260 por ciento que aporta el tráfico de drogas a gran escala.

   Los principales mercados para el comercio de drogas al por menor son los departamentos de Cundinamarca (22%), Valle del Cauca (14%), Antioquia (12%), Magdalena (7%) y Santander (5%). Las capitales son una de las principales fuentes de ganancias para estas organizaciones, pues el 56 por ciento de un total nacional de un millón y medio consumidores --832.438 personas-- se sitúan en ellas --Bogotá, Barranquilla, Medellín, Bucaramanga, Santa Marta y Pereira--, siendo la marihuana la más consumida (624.612 personas).

   Por detrás de la planta, las sustancias 'preferidas por los colombianos' son la cocaína (116.575), el éxtasis (55.575) y el basuco (35.676.). Pero el informe también refleja un importante aumento del consumo en zonas rurales, donde también predominan la marihuana y la cocaína.

LA MUTACIÓN DEL NARCOTRÁFICO

   "La transformación de grandes carteles de la droga a organizaciones fragmentadas y el crecimiento del mercado interno de sustancias como la cocaína, marihuana y basuco, llevó a que Colombia pasara en los últimos años a ser un país no solo productor sino consumidor", indica la DNP.

   "Esta mutación del fenómeno del narcotráfico ocurrida entre el 2008 y 2014, ubica hoy a Colombia en el cuarto lugar en Suramérica con mayor consumo de cocaína y marihuana luego de ser uno de los países con menores índices en la región", agrega en su informe.

   

   En este sentido, el organismo señala que en 2008 Colombia ocupaba el sexto puesto en consumo de cocaína y el séptimo en cuanto a la marihuana. Una mutación que además de cambiar los hábitos de producción, distribución y consumo, ha influido directamente en la rentabilidad del negocio.

   El análisis del DNP dice que "entre los años 80 y 90 hubo un control absoluto del negocio por parte de la primera generación, los carteles de Medellín y Cali, que usaron el narcoterrorismo; la segunda generación (1992-2008) fue el cartel del Norte del Valle, las FARC y las AUC, quienes amenazaron la seguridad ciudadana".

   Fue precisamente en la época de Pablo Escobar, al mando de la organización antioqueña, cuando el narcotráfico alcanzó el máximo nivel de rentabilidad. Tras la caída de los cárteles de Medellín y de Cali, la droga empezó a ser menos rentable.

   "Las cifras muestran que la rentabilidad en el periodo 1980-1995, época de Pablo Escobar, era del 2.800 por ciento, y entre 1996 y 2008, correspondiente a la segunda generación, y con la caída del cartel de Cali, pasó a ser del 810 por ciento", expone el documento.

   Un descenso que se agudizó cuando el negocio quedó en manos de las bandas criminales. "Entre los años 2000 y 2005 surgieron las Bacrim como tercera generación, lo que causó una dispersión de las organizaciones dedicadas al narcotráfico. Desde 2010 se incrementó la automatización, lo que dio lugar al nacimiento de la cuarta generación, que es delincuencia organizada que opera de manera multicriminal", expone.

   Sin embargo, actualmente la rentabilidad de la cocaína supera el 100% de su valor, ya que "producir un kilogramo de cocaína en Colombia cuesta aproximadamente 2,4 millones de peso (unos 770 dólares), que al ponerlo en el mercado el precio de venta pasa a ser de 4,9 millones (1.570 dólares), lo que genera una rentabilidad de 104% para las organizaciones del narcomenudeo".

   Pero los beneficios que la cocaína aporta dependen, entre otras cosas, de su transporte. A Centroamérica, por ejemplo, los envíos se hacen principalmente por vía aérea, mientras que a Europa el 90 por ciento de las veces se hace por mar.

ÁREAS DE CULTIVO Y PRODUCCIÓN

   Según el estudio dado a conocer por el director del DNP, Simón Gaviria Muñoz, el potencial de producción de cocaína en Colombia es de 646 toneladas, de las cuales 394 toneladas están en posibilidades de exportarse. Asimismo, revela que en 2015 fueron incautadas en Colombia 252 toneladas de cocaína: 201 toneladas en el territorio nacional y 51 más en operativos de interdicción en altamar.

   "El estimado de la demanda de esta sustancia ilícita en el mercado interno es de 4,3 toneladas con pureza del 82%, según los datos de 2015, que también muestran que Colombia incauta el 31,5% del total de la cocaína que se decomisa en el mundo", indica.

   Respecto a las incautaciones, durante el pasado año en Colombia se decomisaron 469,5 toneladas de droga, de las cuales 216 fueron de marihuana, 252 de cocaína y 2,3 toneladas de basuco.

   La amplia demanda se ve satisfecha en parte gracias al aumento de los cultivos pues, según el DNP, el "área de cultivo de hoja de coca pasó de 69.000 hectáreas en el 2014 a 96.000 en el 2015, que equivalen al 61% del total del área cultivada en el mundo. A nivel mundial se estima que el área cultivada con hoja de coca es de 156.520 hectáreas".

   

   Además, en el periodo 2000-2015, el número de municipios con cultivos de coca aumentó en ocho por ciento, siendo Tumaco (Nariño), Puerto Asís (Putumayo), Tibú (Norte de Santander, Valle del Guamuez (Putumayo) y El Tambo (Cauca) los que han registrado la mayor proporción de cultivos de coca con respecto a su tamaño en estos 15 años.

   "El 78 por ciento de los municipios con más de 100 hectáreas de cultivos de hoja de coca presentan una alta incidencia del conflicto armado, mientras el 76 por ciento de los municipios viven en condiciones de pobreza, lo que demanda mayores esfuerzos estatales para el cierre de brechas socioeconómicas", señala el estudio.

LUCHA CONTRA EL NARCOMENUDEO

    El estudio elaborado por el DNP propone un cambio de estrategia para luchar contra el "multimillonario negocio del narcomenudeo", que incluye la construcción de herramientas institucionales para combatir el fenómeno y la definición clara de roles y competencias de las distintas instituciones.

    "Dicha estrategia debe estar orientada a identificar, a través de inteligencia humana y financiera, los actores criminales, atacar las redes criminales del microtráfico, fortalecer los instrumentos de recolección de información y a desmitificar el fenómeno del narcomenudeo como de exclusivo de Policía", explica.

    El organismo recomienda además la "formulación de un documento de política pública de lucha contra el tráfico de drogas en pequeñas cantidades y la constitución de una mesa interinstitucional contra el narcomenudeo y el microtráfico, integrada, además de la Policía Nacional, por los ministerios de Justicia, Salud, del Interior y de Educación".

   En dicha mesa también deben tener asiento la Fiscalía General, la Unidad de Información y Análisis Financiero (UIAF), el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), el Instituto Nacional de Medicina Legal (INML) y el DNP.