Actualizado 30/08/2009 19:03

Comerciantes de carbono apuestan a secuoyas California

Por Peter Henderson

GARCIA RIVER FOREST, EEUU (Reuters/EP) - Un grupo de jóvenes secuoyas en California, las sobrevivientes de lo que solía ser un magnífico bosque de altísimos gigantes, podría encarnar un pequeño papel en la batalla por detener el calentamiento global, y forma parte de un mercado emergente.

Los árboles, que pueden atrapar grandes cantidades del dióxido de carbono que está calentando el planeta, son vendidos como trampas de carbono vivientes en lugar de ser cortados para la industria maderera, un modelo que podría devenir en una iniciativa internacional.

Pero la posibilidad de un mercado mundial podría además atraer a estafadores, dispuestos a ganar dinero fácil sin hacer diferencia alguna para el planeta.

"Es fácil manipularlo", dijo el propietario del bosque, Chris Kelly, sobre el desarrollo del mercado de los bosques de carbono. "Sólo debemos buscar la forma de hacerlo correctamente", agregó.

La deforestación representa un quinto de las emisiones de gases de efecto invernadero, así que disminuir su ritmo es una forma relativamente barata de limitar el calentamiento global.

Esa es la razón por la que la conservación forestal es uno de los principales temas de la agenda de las negociaciones de la ONU sobre el cambio climático, programadas para diciembre.

Pero elaborar una forma justa de recompensar a los que poseen y controlan bosques por su verdadera contribución a la atmósfera ha resultado ser difícil y complicado.

Estados Unidos está a la vanguardia mundial en el desarrollo de un mercado para los bosques que absorban las emisiones de C02. El bosque Garcia es una prueba de cómo el sistema podría funcionar, o fracasar.

"Cuando hablamos de deforestación, nosotros ya hemos hecho eso aquí", dijo Louis Blumberg de Nature Conservancy, que ayudó a planear las ventas de carbono en el proyecto Garcia. Aproximadamente un 95 por ciento de las viejas secuoyas ya han desaparecido en California, y el estado debe administrar mejor lo que ha vuelto a crecer.

"Sacamos el carbono del suelo y pusimos los árboles en el aire. Necesitamos apretar el botón de reinicio", dijo Blumberg, quien dirige el proyecto Cambio Climático California.

Con sus altísimas secuoyas y sus arroyos gorgoteantes, el bosque Garcia parece silvestre y saludable, pero es una sombra de lo que alguna vez fue. Tocones de dos metros de ancho dan la pauta de su antigua grandeza de hace un siglo o dos.

Noventa por ciento de la madera que albergaba ya ha desaparecido.

Si fuese administrado como la mayoría de los bosques comerciales, probablemente permanecería en cerca de su dimensión actual. No obstante, los propietarios de la organización sin fines de lucro redujeron mucho la cosecha de madera y obtienen parte de su ganancia de la venta de créditos de carbono, para que el bosque se recupere, al menos en parte.

El cambio climático puede ser afrontado de dos maneras: reduciendo las emisiones de la industria, los automóviles, aeronaves y demás herramientas de la sociedad industrial, o absorbiendo más emisiones una vez que éstas están en el aire.

Para que los proyectos forestales tengan éxito, el mundo debe encontrar una forma de evitar que economías emergentes como Brasil e Indonesia talen sus junglas tropicales. Los proyectos ubicados en Estados Unidos, que se dedican a plantar árboles más grandes y a atrapar más carbono, podrían ayudar un poco pero no pueden solucionar el problema.

Sin embargo, el plan de Estados Unidos podría ofrecer un rumbo y un ejemplo a ser seguido por otros.

MERCADO VOLUNTARIO

Bajo un sistema de control e intercambio, el principal mecanismo global para resolver el cambio climático, se imponen límites sobre cuánto pueden emitir los contaminantes. Para cumplir con dichos límites, ellos pueden administrar sus propias emisiones, comprar créditos a compañías que emiten menos de su cupo, o comprar compensaciones.

Los bosques no son parte del mayor mercado de carbono regulado, que se encuentra en Europa, pero la ley californiana para abrir un mercado sobre la contaminación de carbono en el 2012 las incluye, además de un plan federal que está siendo debatido en el Congreso de Estados Unidos.

Mientras tanto, ha aparecido un mercado voluntario.

"Estos proyectos toman tiempo. No es el tipo de cosas en las que se puede apretar un botón y hay millones de hectáreas de bosques atrapando CO2", dijo Eron Bloomgarden, presidente de mercados ambientales de Equator LLC, un programa que desarrolla proyectos forestales para atrapar carbono.

El CO2 de los proyectos forestales de California llega de 5 a 12 dólares la tonelada, más que en otras partes del mundo y otros tipos de captura, porque cumplen con las normas de desarrollo del estado, lo más cercano a las regulaciones de un mercado forestal oficial, dijo Lenny Hochschild, director general de la correduría ambiental Evolution Markets.

Los propietarios de bosques comerciales están siendo cada vez más tentados a vender carbono, uniéndose a las organizaciones pioneras sin fines de lucro, indicó.

"Si incentivas a la gente a que limpie el medio ambiente, ellos lo harán, agregó.

Los acuerdos voluntarios y las plataformas de intercambio como la Bolsa Climática de Chicago crecieron el doble el año pasado llegando a más de 700 millones de dólares, según Ecosystem Marketplace y New Carbon Finance.

Los créditos forestales constituyeron una fracción de eso. Pero un análisis de la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos prevé más de 100 millones de toneladas en compensaciones forestales en el 2015, aumentando a más de 400 millones para el 2050.

Los países que se reunirán en diciembre en Copenhague para negociar la continuación del tratado de Kyoto podrían introducir el intercambio de créditos forestales para reducir la deforestación en las naciones del tercer mundo.

EL EJEMPLO GARCIA

Los precios de la madera y el carbono se desplomaron desde que el Fondo para la Conservación compró Garcia con dinero de subsidios y un préstamo de bajo interés, pero las ventas de créditos de carbono alcanzaron para pagar los intereses.

El mayor árbol del mundo en volumen, la secuoya californiana, tiene casi 84 metros de altura y un diámetro de más de 5 metros, un testimonio de lo que podría crecer en Garcia en 1.000 años.

Pero el peligro para el proyecto Garcia y los inversores es gráfico: troncos carbonizados en un incendio el año pasado. Se perdió poca madera porque las secuoyas no son inflamables y las crestas funcionaron como frenos para el fuego. La experiencia fue suficiente para que Kelly desconfíe de proyectos en regiones con árboles menos sustanciosos.

El Fondo de Conservación mantiene una reserva de créditos ante un posible desastre, y el estado está debatiendo si crea un fondo de créditos para emergencias. Algo así será necesario para un sistema infalible y a prueba de desastres.

En algún punto puede que las plantas de carbón compren compensaciones a los bosques por millones de toneladas, dijo Kelly.

"Uno quiere asegurarse de que si pierden la mitad de ese bosque, haya cierta compensación para el equilibrio", indicó.