Actualizado 19/08/2009 21:18

Cómica británica en ascenso odiaba el trabajo de oficina

Por Paul Casciato

LONDRES (Reuters/EP) - La cómica británica Laura Solon puede sobreponerse al llanto de bebés, a teatros sofocantes y a cuestiones de género mientras hace malabares con un guión de 10 personajes y mantiene al público en vilo con el espectáculo que protagoniza ella sola.

Pero no esperes que sea una ejemplar trabajadora temporal de oficina.

Solon, graduada en Oxford y cuyo espectáculo "Rabbit Faced Story Soup" ha conseguido agotar las entradas del Festival Fringe de Edimburgo hasta fines de mes, dijo que su repertorio de personajes formaba parte sus desastrosas experiencias como oficinista después de la universidad.

"Siempre mentía y decía que tenía todo ese (conocimiento de) software que se supone que tienes que saber usar y no sabía hacer nada de eso, así que era una inútil para hacer todas esas cosas", explicó a Reuters por teléfono desde Edimburgo.

Pero varios trabajos temporales ayudaron a Solon, de 30 años, a crear los descentrados personajes que parodian a todos los bichos raros de oficina de los que nos solemos reír.

El personaje principal de Solon, Diana Lewis, es una mujer ambiciosa que intenta conseguir trabajo como asistente de un agente y que acaba teniendo que terminar la novela de otra persona después de que el autor estrella de la editorial es hallado muerto.

Solon abandonó Oxford teniendo claro lo que quería hacer y se metió en el mundo de la comedia.

En el espectáculo en Fringe que dio en 2005 ganó el premio Perrier (ahora denominados Premios de Comedia de Edimburgo) a pesar de cambiar en el último momento un espectáculo de dos mujeres por uno de una cuando su compañera abandonó.

Desde entonces escribe, aparece en espacios cómicos de televisión y tiene su propio programa en el canal Radio 4 de la BBC, llamado "Talking and Not Talking".

"Hice un poco de teatro en la universidad y siempre me gustó más hacer comedia", dijo Solon. "Simplemente me gustaba hacerlo y pasó de ser un hobby a ser una carrera lentamente a lo largo de los años", agregó.

En un espectáculo se enfrentó a un bebé llorón, a la horrible temperatura de un teatro bajo las luces y a la tarea de actuar en directo con un guión que se basaba en acción, voces múltiples y un tiempo limitado.

A pesar de su talento, que es obvio, y su visión de la opinión de las mujeres en la oficina, Solon dijo que la cuestión del género no tenía nada que ver con el humor.

"Hay comedia buena y comedia mala, y los hombres pueden ser buenos o malos en comedia, al igual que las mujeres", concluyó.