Actualizado 19/04/2010 23:41

Cuba.- Un científico cubano gana en EEUU uno de los premios ecologistas más importantes del mundo


LA HABANA, 19 Abr. (Reuters/EP) -

Humberto Ríos, un científico y cantante que defiende la agricultura del pasado como clave para el futuro, se convirtió este lunes en el primer cubano en ganar el Premio Ambientalista Goldman, mayor galardón del mundo para movimientos ecologistas de base.

Ríos fue proclamado ganador del Goldman en la localidad de San Francisco, junto a cinco activistas de otras naciones. Cada uno recibirá 150.000 dólares (111.000 euros), una cifra enorme en Cuba, donde el salario promedio anual ronda los 240 dólares (178 euros).

El científico cubano informó de que el premio fue recibido inicialmente con cierta desconfianza por el Gobierno de Raúl Castro, porque procedía de Estados Unidos, el histórico enemigo ideológico de Cuba.

Pero las autoridades cubanas lo aprobaron y el científico espera que contribuya a mejorar las relaciones entre La Habana y Washington. Ríos indicó que los intercambios culturales y científicos pueden ayudar a "refrescar un poquito el ambiente hostil".

"Tenemos problemas comunes. Quizás soluciones diferentes, También soluciones comunes", comentó en declaraciones a Reuters. El cubano precisó que usará el dinero para cosas como reparaciones en su casa, además de para financiar su trabajo.

Los primeros premios Goldman se entregaron en 1990 por los filántropos Richard y Roda Goldman para promover la protección ambiental.

Ríos fue premiado por su trabajo para promover el retorno a técnicas tradicionales de agricultura, centradas en la diversidad de semillas, la rotación de cultivos y el empleo de pesticidas y fertilizantes orgánicos para aumentar las cosechas y mejorar el cuidado del medioambiente.

Esos métodos fueron abandonados cuando la agricultura cubana, dominada por la producción de azúcar, fue industrializada en la segunda mitad del siglo XX, particularmente después que la Unión Soviética se convirtió en el principal benefactor de la isla.

Cuba, inundada con pesticidas y fertilizantes de sus aliados del bloque socialista, se convirtió en la década de 1980 en el país de América Latina con más uso per cápita de agroquímicos.

Los granjeros, que dependen del Gobierno para semillas e insumos, no tenían muchas alternativas. Cuando la Unión Soviética colapsó en 1991, Cuba se quedó con un sistema agrícola dependiente de agroquímicos que no podía más adquirir y un medioambiente dañado por su uso intensivo.

Ríos, que en aquella época trabajaba en su doctorado en ciencias agrícolas, comenzó a ver resultados positivos en los granjeros que, a fuerza de necesidad, volvieron a las técnicas tradicionales. A fines de la década de los noventa lanzó un programa para estimular su uso más amplio.

"RECICLA, PAPI, RECICLA"

El énfasis del proyecto de Ríos era dar a los granjeros más opciones de semillas y dejar que fueran ellos, no un burócrata sentado a kilómetros de los campos, quienes decidieran cuáles usar, indicó recientemente a Reuters en una entrevista.

Ríos comenzó a organizar "ferias de semillas" en comunidades agrícolas para que los granjeros pudieran elegir entre una amplia selección. Fueron estimulados a compartir información sobre los resultados de sus cosechas, de forma que cada granja se convirtió en una estación experimental.

La clave era que eligieran las semillas que mejor se adaptaban a sus condiciones en lugar de repartir las mismas a todo el mundo, explicó. En distintas regiones "el criterio de selección de semillas es totalmente diferente", apuntó.

Ríos agregó que los rendimientos comenzaron a duplicarse y triplicarse y suelos dañados por años de uso excesivo y químicos comenzaron a recuperarse, a medidas que se empezaron a rotar cultivos y fueron abandonados los agroquímicos.

"Cuando utilizas un sistema diversificado, en la medida en que van avanzando los años aumenta la cantidad de proteína por área, la cantidad de vitaminas por área. Disminuye la cantidad de trabajo por área y sobre todo aumenta la sonrisa de las personas", explicó.

Ríos es además un músico y descubrió que sus canciones eran un instrumento útil para difundir su mensaje. En eventos locales, canta canciones folklóricas y salsa para promover la biodiversidad y buenas prácticas ambientales. Una de sus baladas lleva por título "Recicla, papi, recicla".

El científico sostiene que su Programa de Innovación Agrícola, respaldado por el Instituto Nacional de Ciencias Agrícolas, ya involucra a unos 50.000 granjeros. Pero asegura que queda aún mucho por hacer.

La mayoría de la tierra y la agricultura está en manos del Estado, pero la isla tiene 250.000 pequeños granjeros y 1.100 cooperativas privadas que, juntas, producen el 70 por ciento de la producción agrícola usando apenas un tercio de las tierras arables.

Cuba depende de las importaciones de la mayoría de sus alimentos básicos, lo que consume recursos de la frágil economía y ha forzado al presidente Raúl Castro a poner más tierras en manos privadas y, como propone Ríos, a descentralizar la toma de decisiones.