Actualizado 14/12/2010 18:32

Cuba.- Resurgen en Cuba los restaurantes privados tras la eliminación de restricciones


LA HABANA, 14 Dic. (Reuters/EP) -

Los pequeños restaurantes privados están resurgiendo en Cuba en una atmósfera más amigable generada por las reformas económicas del presidente Raúl Castro, quien ha eliminado varias restricciones con miras a despojar al Estado de cargas económicas.

Nuevos restaurantes, cafeterías y puestos de comida rápida abren en garajes, terrazas y salas de estar de Cuba cambiando el paisaje urbano de la nación de Gobierno comunista.

El régimen castrista ha destacado que han sido aprobadas 35.000 licencias para trabajadores por cuenta propia en el primer mes desde que las reformas entraron en vigor. Un 20 por ciento de los permisos son para negocios gastronómicos.

La mayoría serán pequeñas cafeterías dirigidas al público cubano, pero es previsible que aumente también el número de "paladares" o restaurantes más exclusivos para extranjeros con moneda extranjera.

Los pequeños restaurantes fueron autorizados por primera vez durante un fugaz experimento a mediados de los noventa, pero la regulación excesiva y los estigmas ideológicos forzaron el cierre de la mayoría. Apenas unos cien de los aproximadamente 1.500 comercios de aquella época sobrevivieron.

Todo esto podría cambiar ahora que el Gobierno de Castro está tomando medidas para estimular los negocios privados, reconociendo su importancia en el nuevo esquema económico para sacar a Cuba de la crisis en la que está sumergida.

Castro espera que el sector privado absorba a una buena parte de los 500.000 empleados públicos que serán despedidos en los próximos meses para reducir el gasto público.

Tras trabajar durante décadas en restaurantes del Estado, el chef Justo Pérez abrió la semana pasada su propio restaurante en una elegante casa que resalta en una derruida calle del distrito de Centro Habana.

"Hay mucha gente esperando hacer algo. Esto no va a ser nada más que el comienzo. Estoy seguro de que van a haber muchas buenas propuestas", afirmó Pérez, de 68 años.

Las paredes de La Comercial Cubana --su restaurante-- están cubiertas con fotografías en blanco y negro de Nat King Cole, Carmen Miranda y Celia Cruz, evocando el glamour de La Habana en las décadas de los años cuarenta y cincuenta.

Pérez llevaba tiempo acariciando la idea de abrir un restaurante y aprovechó apenas el Gobierno empezó a entregar nuevas licencias hace un par de meses. Su menú incluye hoy desde rabo de vaca por 7,56 dólares (5,65 euros) hasta camarones enchilados por 19,44 dólares (14,5 euros), el equivalente a un salario mensual en Cuba.

"Las reglas del juego parecen muy claras, más que antes. Ahora, hasta que esto no esté en su plenitud nadie puede saber cómo va a salir", destacó Pérez.

UNAS 20 SILLAS

Las nuevas regulaciones permiten a los emprendedores cubanos alquilar locales comerciales y contratar empleados, dos cosas que antes estaban prohibidas y que limitaron el éxito de los pequeños restaurantes.

Asimismo, amplían la capacidad máxima de los restaurantes de 12 a 20 sillas. Aunque muchos de los llamados "paladares" que han tenido éxito ignoraban esta medida, a sabiendas de que estaban expuestos a multas del Estado.

A cambio, deberán pagar un 30 por ciento de sus ingresos en impuestos, aunque todavía no está claro si podrán acceder a créditos.

Una de las principales preocupaciones de los nuevos comerciantes es que los productos tendrán que comprarlos a los elevados precios del mercado minorista, pues el Gobierno advirtió de que no tiene dinero para crear una red de abasto mayorista. Eso, en el pasado, obligó a muchos dueños de "paladares" a recurrir al mercado negro.

"Esto es mucho mejor que antes, pero hay todavía muchos obstáculos y no está claro si ha habido un verdadero cambio de mentalidad de parte del Gobierno", comentó Ted Henken, un investigador de la City University of New York que ha estudiado los restaurantes cubanos.

"Un importante asunto todavía no resuelto son los créditos y el mercado mayorista. Hasta que no sabremos si el Gobierno considera seriamente la posibilidad de ofrecer acceso a esas cosas esenciales no sabremos las posibilidades de crecimiento del sector", añadió.

Existen también dudas sobre si el mercado cubano --que depende sobre todo de turistas y la pequeña comunidad de residentes extranjeros-- justificará un crecimiento significativo del número de "paladares" de alto nivel.