Publicado 07/04/2018 07:29

Día de la Guerra de Almohadas, la "batalla" más inofensiva del mundo que ayuda a librar estrés

Guerra almohadas
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   BUENOS AIRES, 7 Abr. (Notimérica) -

   Si tienes una almohada vieja que solo te causa contracturas, es el momento de sacarle un buen partido y enterrarla con honores, porque hoy, 7 de abril, el primer sábado de este mes, decenas de ciudades del mundo vestirán de blanco y no precisamente de nieve... sino de ¡plumas! Y es que se celebra el 'Día Internacional de la Pelea de Almohadas', un acontecimiento que comenzó en 2008 y que se ha ido internacionalizando hasta el punto de congregar a miles de personas que se enfrentan en una 'guerra', la más inofensiva de todas.

   ¿Qué tienes que llevar? Tu única 'arma' tiene que ser una almohada y como en todos los juegos del mundo debes cumplir unas reglas: no se puede golpear a nadie con algo que no sea la almohada ni atacar a nadie que no tenga una con la que defenderse.

   ¿Objetivo? Dar y, por supuesto, recibir 'almohadazos' hasta que caiga el último 'soldado' de la particular batalla. Esta iniciativa busca reivindicar la diversión en el espacio público, congregar a multitud de personas de todas las edades y liberarse del estrés, aunque sea tan solo 15 minutos que es el tiempo que suele durar la batalla.

   

   El epicentro de esta fiesta blanca comenzó en Nueva York, a un lado de Wall Street simulando la campana que da inicio a las operaciones de la bolsa y, entre golpe y golpe, los participantes soltaron tensiones y se liberaron del estrés dando rienda suelta a sus 'almohadazos'. A raíz de su éxito se fue extendiendo a numerosas ciudades del mundo entre las que destacan Buenos Aires y Palermo, en Argentina, y Santiago de Chile por sus multitudinarias concentraciones.

   Sin duda, el espíritu lúdico habita en todas partes y esta fiesta es una llamada para que lo saquemos a relucir y seamos todos por un momento Peter Pan. Seguro que hoy se volverán a ver en diversas ciudades iberoamericanas 'batallas' como esta que, afortunadamente, solo dejan 'doloridos' los músculos de la cara por el sinfín de risas que provocan.