Actualizado 07/05/2015 22:03

¿Es diferente el trato sanitario en Perú a una indígena y una mestiza?

Mujeres peruanas marchan en el Día Internacional de la Mujer en Lima (Perú).
Foto: MARIANA BAZO / REUTERS

LIMA, 7 May. (Notimérica) -

   En Perú abundan las disparidades étnicas en diferentes aspectos de la vida cotidiana, incluido en el uso de anticonceptivos. Por ello, el Banco Interamericano de Desarrollo y la Universidad peruana Cayetano Heredia, en colaboración con el Ministerio de Salud, quisieron responder a las incógnitas que rodean al trato de los pacientes en un centro de salud, sin importar sus orígenes.

   Para su elaboración, un total de diez mujeres con edades comprendidas entre los 25 y los 35 años, todas ellas con estudios superiores, fueron escogidas para interpretar el papel de pacientes. Su tarea era visitar sin previo aviso los servicios de planificación familiar de 351 de los 408 establecimientos de salud pública de Lima y el Callao.

   Con sus consultas, los conductores del estudio pretendían averiguar el por qué de los alarmantes datos relacionados con el uso de anticonceptivos en Perú. Durante años, las políticas contradictorias existentes en el país disuadieron a las peruanas de utilizar estos métodos, hasta que la situación cambió en el 2004. Dicho año, el Ministerio de Salud comenzó a establecer un marco normativo en relación a la atención de planificación familiar, teniendo en cuenta los derechos sexuales y reproductivos, al igual que la igualdad de género y la diversidad.

   Sin embargo, a pesar de estas medidas, las cifras del país son desalentadoras. Únicamente el 21.9% de las indígenas utiliza anticonceptivos, frente al 34.7% de las no indígenas. Igualmente, el 9.4% de las mujeres indígenas tiene necesidad insatisfecha de métodos anticonceptivos, al igual que el 6.5% de las no indígenas.

   Así pues, ¿cómo descubrir qué esconden estas estadísticas? Durante el estudio, las diez participantes fueron preparadas para actuar como pacientes simuladas: un día como indígenas, al siguiente como mestizas. Todas ellas debían seguir un guión idéntico acerca de sus datos personales e información médica básica, con la única excepción de que a veces se presentaban como indígenas y otras como mestizas.

   Para lograr una mayor credibilidad, se les modificó su vestimenta, peinado, accesorios e incluso su expresión coporal. Tras salir de la consulta, las participantes debían completar una encuesta de evaluación objetiva en la que se les preguntaba acerca del tiempo y coste de la consulta, así como su calidad.

   Respecto a las conclusiones alcanzadas tras el análisis de los resultados, el estudio demuestra que las pacientes de los servicios de planificación familiar no reciben un trato diferenciado por ser indígenas o mestizas. A pesar de este hecho, la calidad de atención es baja en todos los casos. De hecho, sólo el 37% de las tareas técnicas requeridas por el Ministerio de Salud de Perú se lleva a cabo. Además, el cumplimiento de competencias claves como ofrecer una gama apropiada de métodos anticonceptivos y explicarlo, es aún más bajo.

   Sobre el trámite que las pacientes tuvieron que llevar a cabo, el estudio reveló que el 90% del tiempo del proceso se dedica a la espera y el papeleo. Aunque la visita lleva unas dos horas, la consulta sólo dura una media de 13 minutos por paciente.

   De esta manera, los resultados evidencian la necesidad de investigar otros factores que puedan estar vinculados con el bajo cumplimiento de los estándares de calidad y la falta de información de la que el ciudadano es víctima.