Actualizado 20/08/2007 12:01

EEUU/Cuba.- Los cinco cubanos condenados por espionaje comparecerán hoy ante el tribunal de apelaciones


ATLANTA (EEUU), 20 Ago. (EP/AP) -

Los cinco cubanos declarados culpables de espionaje para el Gobierno de Fidel Castro pedirán hoy ante un tribunal federal de apelaciones del estado norteamericano de Atlanta que se reabra el caso.

El tribunal de Atlanta escuchará las alegaciones de que los fiscales federales cometieron una serie de errores de procedimiento, incluyendo un hincapié exagerado en Castro durante el juicio del 2001. Pero la corte ya ha rechazado el argumento de que un prejuicio anticastrista ha impedido que los cinco tengan un juicio justo en Miami, como argumento su principal abogado defensor.

El Gobierno de Castro envió a Gerardo Hernández, Ramón Labanino, René González, Antonio Guerrero y Fernando González al sur de Florida para que recogieran información sobre los grupos de exiliados anticastristas y la enviaran a la isla utilizando software codificado, transmisiones de radio de alta frecuencia y mensajes telefónicos codificados, según los investigadores norteamericanos.

Los cinco fueron condenados a entre diez años de prisión y cadena perpetua en diciembre de 2001, pero el caso ha permanecido abierto en el sistema judicial desde hace seis años gracias a una serie de apelaciones.

En agosto del 2005, una comisión de tres jueces federales de Atlanta rechazó los veredictos, al considerar que los cinco cubanos no tuvieron un juicio justo debido a la influencia anticastrista en Miami. Un año después, otro tribunal de apelaciones reinstauró las condenas, y aceptó al mismo tiempo volver a escuchar los alegatos orales sobre otros temas el lunes.

Los abogados de los cinco hombres sostienen que el gobierno tuvo un mal desempeño utilizando "la maldad de Castro para defender la culpabilidad criminal de los acusados". Un documento legal de 33 páginas detalla cómo los fiscales se concentraron en Castro proyectando una imagen gigante de él para el jurado y colocándolo en la cúspide de una pirámide de conspiraciones.

El Gobierno considera que su labor fue apropiada y señaló que la mayor parte de los comportamientos disputados ahora fueron aceptados sin objeciones durante el juicio.