Actualizado 01/06/2010 21:21

EEUU/México.- Muere un inmigrante mexicano a consecuencia de una paliza propinada por oficiales de EEUU

México pide a Washington una "exhaustiva investigación" de los hechos


MÉXICO DF, 1 Jun. (EUROPA PRESS) -

Un inmigrante mexicano murió después de haber sido víctima de una brutal paliza propinada por agentes de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos que le detuvieron por estar en situación irregular en ese país, lo que ha incrementado el temor por las posibles consecuencias que podrán derivarse de la conocida Ley Arizona.

Anastasio Hernández Rojas, de 42 años, murió este lunes por la tarde (madrugada en España) de un paro respiratorio en el Hospital Sharp Memorial de Chula Vista, del estado de California, donde fue trasladado después de que oficiales estadounidenses le golpearan y le aplicaran descargas eléctricas.

Hernández, quien había vivido 20 años en la localidad de San Diego, fue detenido el pasado viernes cuando agentes norteamericanos constataron que no tenían documentación para residir legalmente en Estados Unidos. En ese instante, iniciaron el proceso de "deportación voluntaria" hacia México.

La agresión se produjo a pocos metros de la Garita Internacional San Ysidro-Tijuana cuando iba a ser trasladado a México. Los uniformados aseguraron que le golpearon porque intentó resistirse a su repatriación.

La Comisión Nacional de los Derechos Humanos de México (CNDH), en cambio, señaló que Hernández fue agredido por al menos 20 agentes de la Patrulla Fronteriza, personal de la aduana y de extranjería. "Le golpearon repetidamente y le aplicaron descargas eléctricas aun cuando ya no ofrecía resistencia", acotó.

Algunos testigos citados por los medios mexicanos denuncian que el inmigrante recibió descargas eléctricas hasta dejarlo inmóvil. Un equipo de médicos intento reanimarle en el lugar pero ya estaba inconsciente, por lo que tuvieron que trasladarle al Hospital Sharp Memorial, donde los especialistas le diagnosticaron muerte cerebral.

Hernández, nacido en la ciudad mexicana de San Luis Potosí, era padre de cinco niños con nacionalidad estadounidense y se dedicaba a limpiar piscinas. Según sus familiares, el hombre llevaba más de 20 años viviendo de manera irregular en ese país donde se estima hay unos 20 millones de mexicanos.

CONDENAS

La Secretaría (Ministerio) de Relaciones Exteriores (SRE) de México condenó enérgicamente el hecho y expresó su "indignación" por la muerte del inmigrante, al tiempo que ha pedido a las autoridades estadounidenses "una exhaustiva investigación" de los hechos.

En este sentido, anunció que el Consulado General de México en San Diego brindará a la familia de la víctima el "apoyo necesario" a fin de "definir las avenidas legales que lleven a un pleno esclarecimiento de las causas de esta trágica pérdida".

Por su parte, el titular de la Procuraduría de Derechos Humanos de Baja California, Heriberto García, calificó de "irresponsable" la agresión contra Hernández, además de "abusiva y criminal, porque abre la puerta a la impunidad", por lo que pidió evitar que este delito quede "en una acción administrativa, como ha ocurrido en el pasado" con casos similares.

García denunció que normativas como la Ley Arizona, que entrará en vigor en unos meses, abren la puerta a acciones de intolerancia como la ocurrida con este mexicano, por tratarse de personas vulnerables que se encuentran sin la documentación exigida en Estados Unidos.