Actualizado 23/09/2011 18:21

EEUU.- Texas elimina el derecho de los condenados a muerte a comer lo que ellos elijan antes de la ejecución


NUEVA YORK, 23 Sep. (EUROPA PRESS) -

El estado de Texas, en el sur de Estados Unidos, ha eliminado el derecho de las personas condenadas a muerte a comer lo que ellas elijan justo antes de la ejecución después de que un preso pidiera una gran cantidad de platos que luego no probó.

El director ejecutivo del Departamento de Justicia Penal de Texas, Brad Livingstone, informó en un comunicado de que desde este viernes los condenados a muerte ya no tendrán ese derecho en Texas. "Recibirán la misma comida que se sirva al resto de los reclusos de su unidad", dijo Livingstone, citado por el diario 'The Texas Tribune'.

Es lo que había pedido el senador John Whitmire, presidente de la Comisión de Justicia Penal del Senado estatal, por considerarlo un privilegio "totalmente inapropiado". Whitmire había presentado esta solicitud ante el comportamiento de Lawrence Brewer, que fue ejecutado el miércoles.

Brewer, un hombre que defiende la supremacía de la raza blanca y que fue condenado por arrastrar hasta la muerte a un hombre negro en 1998, pidió una gran cantidad de comida pero no la ingirió. Según el periódico 'Houston Chronicle', pidió dos filetes de pollo frito, una hamburguesa con bacon y triple de carne, una tortilla de queso, un gran bol de ocra frita (una verdura), tres fajitas, una tarrina de helado, una fuente de comida a la barbacoa y media barra de pan de molde.

"Ya basta", escribió Whitmire. "El día de la ejecución, los presos que están en el corredor de la muerte deben comer lo mismo que cualquier otro recluso de la unidad", afirmó.

El director del Proyecto de Derechos Civiles de Texas, Jim Harrington, señaló que él se opone a la pena de muerte pero que está de acuerdo con el senador. "Sería raro que se le concediese eso a cualquier otro preso (...). Para mí, refleja una especie de sentimiento de culpa por el hecho de que esa persona vaya a ser ejecutada", declaró.

Según el director del Museo de Cárceles de Texas, Jim Willett, la costumbre de permitir que el condenado coma lo que desee antes de ser ejecutado existe desde que comenzó a aplicarse la pena capital allí, en 1924.

El director ejecutivo del Centro de Información sobre la Pena de Muerte, Richard Dieter, indicó que la mayoría de los estados y países donde existe la pena de muerte tienen algún procedimiento especial en el caso de la última comida.

Además, normalmente se permite que el condenado pase más tiempo con su familia para que esté tranquilo cuando tenga que dirigirse a la sala de ejecuciones. "Creo que es algo que le interesa sobre todo a la institución, más que al preso", ya que "son pocos los que en ese momento están deseando disfrutar de esa última comida", explicó.