Actualizado 20/03/2012 18:42

Un tribunal federal y uno estatal presentan cargos contra un hombre por crímenes de odio


NUEVA YORK, 20 Mar. (Reuters/EP) -

Un tribunal federal y uno estatal han presentado cargos contra un hombre por crímenes de odio en conexión con el lanzamiento de cinco cócteles molotov en Año Nuevo, incluyendo uno contra una mezquita y otro contra un edificio utilizado como lugar de culto hindú.

La fiscalía federal de Brooklyn y el fiscal del distrito de Queens han anunciado sus acusaciones por separado en "casos paralelos", una circunstancia inusual en la que se presentan cargos estatales y federales sobre el mismo suceso.

Los ataques alarmaron a los líderes religiosos ante una posible ola de fanatismo, pese a que la Policía afirmó que el sospechoso podría haber actuado únicamente por sus rencores personales. El sospechoso, Ray Lazier Lengend, de 40 años de edad, confesó el lanzamiento de los cinco cócteles molotov al ser arrestado dos días después.

La Policía ha indicado que Lengend admitió que planeó "sacar a tantos musulmanes y árabes como fuera posible (...) y hacer próximas referencias a su odio a los musulmanes, árabes e hindúes", según ha apuntado la oficina del fiscal del distrito de Queens, Richard Brown, en un comunicado.

"Según los cargos, el acusado puso en peligro a muchas personas cuando presuntamente lanzó cócteles molotov contra cinco edificios durante un ataque lleno de odio", ha puntualizado Brown.

El gran jurado estatal ha acusado a Lengend de incendio en primer grado motivado por crimen de odio, un cargo que podría provocar que fuera condenado a entre 25 años de cárcel y cadena perpetua. Asimismo, ha sido acusado de hurto, imprudencia temeraria, poner en peligro el bienestar de un niño y otros cargos.

El jurado federal ha presentado siete cargos contra él, incluyendo crímenes de odio con el uso de fuego y explosivos, lo que podría provocar que sea encarcelado durante 20 años en caso de ser condenado por todos los cargos.

Uno de los objetivos de Lengend fue la Fundación Imam al Joei, una organización chií en cuyo interior había entre 75 y 80 fieles en el momento del ataque, según aseguró en su momento el imam Maan Alsahlani. Otros de los lugares atacados fueron una residencia privada que servía como lugar de culto hindú y una tienda de ultramarinos; uno de cuyos empleados le había acusado por hurto.