Actualizado 24/01/2015 14:38

El Tribunal Supremo de Oklahoma revisará el compuesto de su inyección legal

MADRID, 24 Ene. (EUROPA PRESS) -

   El Tribunal Supremo de Estados Unidos ha decidido revisar el compuesto de la inyección letal para ejecutar la pena de muerte en el estado de Oklahoma, después de haber recibido varias denuncias después de que un preso muriese el año pasado de forma lenta y dolorosa, una situación que violaría preceptos constitucionales.

   Varios presos denunciaron que el protocolo del estado de Oklahoma viola la prohibición constitucional de castigos crueles o inusuales, por lo que este caso podría abrir un nuevo capítulo en la batalla sobre los diferentes sistemas de ejecución de Estados Unidos, según ha informado la cadena CNN.

   Dale Baich, abogado que representa a varios condenados a muerte que han denunciado esta situación, ha afirmado que los demandantes están "satisfechos" de la decisión del Tribunal Supremo de revisar su caso. "El protocolo no es capaz de producir una ejecución humana, incluso si la administra de forma adecuada", ha subrayado.

   Sin embargo, el fiscal general del estado, Scott Pruitt, ha salido en defensa de la inyección letal mediante un comunicado. "El protocolo de ejecución ha sido confirmado como constitucional por dos tribunales federales y ha sido implementado de forma satisfactoria tanto en el estado como en más de diez ejecuciones similares en Florida", ha indicado.

CAMBIO DE MEDICAMENTOS

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   Desde el año 2008, después del denominado caso Baze versus Rees, el Tribunal consideró constitucional el protocolo de inyección letal de Kenthucky, aunque numerosos estados han cambiado sus protocolos y experimentado con nuevos medicamentos letales.

   De hecho, Baich ha solicitado al tribunal a revisar este caso, ya que "el panorama de la inyección letal ha cambiado de forma significativas durante los últimos siete años". "El momento es el adecuado para el Tribunal, así que debe echar un cuidadoso vistazo a esta importante cuestión ha afirmado.

LOS COMPONENTES DE LA INYECCIÓN

   El estado de Oklahoma emplea un total de tres medicamentos para ejecutar a los condenados a pena de muerte. En primer lugar emplea midazolam de forma intravenosa, que causa inconsciencia, seguido de bromuro de rocuronio, que provoca parálisis. Por último inyecta cloruro de potasio, que paraliza el corazón.

   Los críticos de este protocolo sostienen que el midalozam no está aprobado como anestésico general, por lo que no consigue provocar inconsciencia en el reo. Este medicamento es empleado por los estados de Florida, Oklahoma, Alabama y Virginia.

   El estado de Ohio decidió abandonar su uso después de la ejecución de Dennis McGuire, que tardó unos 19 minutos en morir en medio de una dura agonía. El caso llevó a la suspensión durante meses de las condenas a muerte en el estado.