Actualizado 02/01/2016 18:52

Una epidemia podría acabar con el turismo de Antigua y Barbuda

Antigua y Barbuda
WIKIMEDIA COMMONS

   SAINT JOHN, 2 Ene. (Notimérica) -

   Las palmeras, uno de los principales atractivos turísticos de Antigua y Barbuda --una nación formada por un conglomerado de islas en el mar Caribe-- podrían desaparecer, después de que una epidemia que afecta a este tipo de plantas se haya extendido por el país.

   Durante los últimos meses habrían desaparecido cerca de la mitad de las palmeras, dejando a la isla, cuya economía depende fundamentalmente del turismo, con un paisaje de troncos cortados.

   El amarillamiento letal (lethal yellowing), la misma enfermedad que devastó una gran cantidad de árboles en Florida y Jamaica, ha comenzado a cobrar sus víctimas entre la vegetación antiguana.

   La presidenta de la Sociedad de Horticultura del país, Barbara Japal, ha declarado que cerca del 45 por ciento de las palmeras del país habrían desaparecido.

   Este fenómeno no afecta solo al turismo, también a la elaboración de productos procedentes de los cocos. Los suministros de este fruto habrían reducido a la mitad durante los últimos meses, según ha destacado 'BBC Mundo'.

   Sin embargo, la falta de recursos y la debilitada economía de Antigua y Barbuda han impedido que se encuentre una solución a la plaga, que fue detectada por primera vez en 2012.

UN EMBLEMA DEL PAÍS

   Las palmeras son uno de los emblemas fundamentales de la nación, formando parte incluso de su nombre. Cuando Cristóbal Colón desembarcó en la isla durante su segundo viaje, en 1493, decidió llamar a la isla Santa María la Antigua, mientras que Barbuda recibió su nombre por las 'barbas' de líquenes que adornaban las palmeras.

   Aunque las autoridades no han señalado de dónde procede la enfermedad, Japal ha afirmado que lo más probable es que el insecto que provoca el amarillamiento letal se encuentre en los árboles que han sido importados en la isla.

   "Hace varios años, llegaron muchas plantas a la isla (...) tenemos un plan de protección de las plantas, pero cuando llegan contenedores con más de 3.000 árboles a la isla nadie se para a inspeccionarlos todos", ha señalado Japal.

   Aunque no existe una cura para la plaga, los árboles pueden ser tratados con un tipo de antibiótico llamado oxytetracycline (OTC), aunque el precio es tan caro que los locales prefieren cortar el árbol para evitar mayores contagios.

   Tratar a cada planta con el OTC tiene un precio de cerca de 450 dólares cada tres meses, una cifra que no se puede permitir la maltrecha economía local.

   Un árbol infectado por el amarillamiento letal, sin ningún tipo de tratamiento, puede morir en un período de tres a seis meses. Mientras tanto, las autoridades están investigando todos los posibles casos con el objetivo de reducir los efectos de la epidemia.