Actualizado 26/07/2006 20:12

España.- La inmigración femenina, principalmente de Latinoamérica, supone un 45% del empleo extranjero


MADRID, 26 Jul. (EUROPA PRESS) -

La inmigración femenina, principalmente de Latinoamérica, supone el 45 por ciento del total de extranjeros ocupados, según el estudio 'El impacto de la inmigración femenina en la economía española', realizado por la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) y subvencionado por el Instituto de la Mujer.

La investigación, que se llevó a cabo de enero a diciembre de 2005, revela que la presencia de mujeres inmigrantes latinoamericanas es claramente predominante, suponiendo el 59 por ciento. La explicación de este peso tan importante en comparación con los inmigrantes varones latinoamericanos (43 por ciento del total) se basa en el factor laboral del empleo doméstico, de atención familiar y de servicios.

Además, las extranjeras ocupan un 29,5 por ciento de los casi 2,4 puestos de trabajo ocupados por mujeres desde 1999. Del total de ocupación femenina en España, la de mujeres inmigrantes representa el 10,3 por ciento, pasando del 3,4 por ciento en 2001 al 10,3 por ciento en 2005. Así, la tasa de ocupación de las mujeres extranjeras supera en 10 puntos a la de las españolas (60,5 y 50,7 por ciento, respectivamente).

El 89,5 por ciento de las mujeres extranjeras trabajan en el sector Servicios y por ramas de actividad, se concentran principalmente en el sector de Hogares que emplean personal doméstico (40 por ciento) y la Hostelería (18,7 por ciento), mientras que un 9,2 por ciento de las mujeres inmigrantes trabaja en el sector de Actividades inmobiliarias y de Servicios empresariales.

MENOS TASA DE TEMPORALIDAD

Al contrario que ocurre entre la población española, la tasa de temporalidad de las mujeres inmigrantes, el 61 por ciento, es algo inferior a la de los hombres, el 66,3 por ciento. Diferenciando por áreas geográficas de procedencia, son las mujeres africanas las que registran mayores tasas de temporalidad, más del 72 por ciento, mientras que en el resto no llega al 60 por ciento.

Las mujeres inmigrantes son el colectivo que mayores tasas de empleo a tiempo parcial registran, un 29,9 por ciento. Asimismo, el principal motivo por el que tienen jornada a tiempo parcial está relacionado con el hecho de que no han podido encontrar un empleo a jornada completa.

En relación con la población española, un elevado porcentaje de la población inmigrante posee un segundo empleo. Asimismo, se observa un exceso de oferta de trabajo entre la población extranjera, especialmente entre las mujeres extranjeras, de las que el 27,6 por ciento desearía trabajar más horas.

A pesar de que se ha producido una mejora en la situación laboral de la población residente en España, el colectivo de mujeres inmigrantes es el que registra mayores tasas de paro. Así, las mujeres extranjeras tienen una tasa de paro del 12,6 por ciento frente al 8,8 por ciento de los hombres inmigrantes.

La masa salarial de los inmigrantes alcanzó en enero de 2005 unos 14.800 millones de euros. El 35 por ciento se deben al empleo femenino. La aportación directa de la masa salarial femenina al crecimiento económico se estima en torno al 0,2 por ciento para el año 2004. En términos agregados, la incorporación de valor añadido por parte de la población inmigrante femenina al total de España se puede estimar en torno al 2 por ciento.

La estimación del crecimiento de los beneficios empresariales atribuible a la contratación de las inmigrantes españolas supone una proporción prácticamente igual a la aportada al valor añadido por su trabajo, con 0,8 puntos sobre el PIB nacional.

CONCILIACIÓN FAMILIAR Y LABORAL

La progresiva incorporación de la mujer española al mercado laboral ha supuesto un aumento de puestos de trabajo en el sector doméstico, que son ocupados por la mujeres inmigrantes, y que, al ofrecer una mano de obra más barata, a su vez propicia este tipo de empleo.

Este fenómeno está provocando una serie de cambios sociales en la situación de las mujeres españolas, ya que facilita el desarrollo de su vida profesional al derivar la mayor parte de la carga del trabajo doméstico a las empleadas de hogar. Este impacto se cuantifica en un incremento de nueve activas por cada 100 inmigrantes femeninas que entran en España.

"Esto, que ha solucionado en parte el problema de la conciliación de la vida familiar y laboral, sin embargo no supone un avance en el reparto de tareas domésticas entre mujeres y hombres, ya que constituye una alternativa que continúa manteniendo al margen de este ámbito a estos últimos", concluye el estudio.