MADRID, 10 Oct. (EUROPA PRESS) -
El abogado Emilio Rodríguez Menéndez y su esposa, Vanesa Palomar, hicieron apresuradamente las maletas el pasado sábado en Paraguay y pusieron rumbo a Buenos Aires para continuar escondiéndose de la Policía española. El hecho que motivó la decisión de buscar un nuevo refugio fue el 'soplo' que le había dado una mafia policial paraguaya, a sueldo del prófugo español desde casi su llegada a ese país, informaron a Europa Press fuentes de la investigación.
El trabajo del Grupo de Fugitivos de la UDYCO comenzó el mismo 22 de agosto, día en el que Rodríguez Menéndez debía haber regresado a la prisión de Teixeiro, donde cumplía condena, tras un permiso penitenciario del juez de Vigilancia Penitenciaria, en contra del criterio de la Junta de Tratamiento de la cárcel gallega. Tan sólo cinco días después, los agentes españoles ya habían localidado a Rodríguez Menéndez en Asunción.
Tras comunicar a sus colegas paraguayos la ubicación exacta del abogado, un grupo de agentes del país sudamericano se trasladó al hotel de Asunción donde residían el prófugo y su mujer. Tras recibir una suma de dinero, que los policías españoles suponen abultada, huyeron con el beneplácito de los agentes paraguayos. Pero la colaboración entre policías corruptos y abogado prófugo continuó hasta el pasado sábado, cuando los primeros le avisaron de que los policías españoles estrechaban el cerco sobre él.
Aún está pendiente de realizar el registro de la vivienda alquilada en el barrio bonaerense de Palermo, donde ha pasado los últimos días Rodríguez Menéndez. Allí se espera encontrar documentación falsa de la que se haya servido en su huida.
Hoy está prevista la comparecencia del prófugo ante el juez federal argentino número 8, Marcelo Martínez de Giorgi, quien le comunicará que sobre él consta una orden de búsqueda y captura internacional dictada por un juzgado de Madrid y que iniciará el correspondiente proceso de extradición a España, una vez que las autoridades españoles soliciten su entrega a nuestro país.
En el momento del arresto, llevado a cabo cuando caminaba por la avenida Scalabrini Ortiz al 3000, Rodríguez Menéndez estaba acompañado de su esposa. La vivienda que ambos ocupaban en el citado barrio estaba alquilada por la que es la cuarta esposa del abogado.
Rodríguez Menéndez se había afeitado su característica barba para pasar desapercibido, pero las fuentes consultadas descartan que tuviera previsto realizarse alguna operación estética para modificar más su aspecto.