Actualizado 26/10/2016 11:17

Firma invitada | La fiesta del 12 de octubre: nacionalismo y diversidad cultural en el siglo XXI

   Por Gonzalo Andrés García Fernández*, historiador e investigador del Instituto Universitario de Investigación en Estudios Latinoamericanos (IELAT) de la Universidad de Alcalá (UAH).

   MADRID, 12 Oct. (Notimérica) -

   Desde principios del siglo XX tanto en España como en América Latina se celebra lo que se denomina como el 'día o fiesta de la raza' o día, o fiesta, de la hispanidad. En España existieron varias modificaciones con respecto a dicha celebración nacional que no fue regulada hasta el año 1958 en tiempos del dictador Francisco Franco.

   Actualmente, el concepto de hispanidad --reutilizado en su día por Ramiro de Maetzu--, no es incluido en la fiesta del 12 de octubre en España. Según el Ministerio de Defensa de España, el 12 de octubre alude a lo siguiente: "La celebración del Día de la Fiesta Nacional es el día en que todos los españoles recordamos la historia milenaria del país, se valora lo conseguido juntos y se reafirma el compromiso en lo que queda por compartir". Desde el año 1987, esta celebración es una fiesta de carácter nacional en el que se pretende recordar, según el Ministerio de Defensa, "la integración de los Reinos de España en una misma Monarquía". También existen alusiones al proceso lingüístico y cultural trasatlántico, pero sobre todo se enfatiza en lo importante que fue España desde su expansión fuera de los límites europeos.

   En América Latina existen distintos enfoques: desde la celebración del día de la resistencia indígena (Venezuela y Nicaragua), el Aniversario del descubrimiento de América o Día del Encuentro de Dos Mundos o Culturas (Chile y República Dominicana) a países que hacen alusión a un día para celebrar la diversidad identitaria y/o culturales (Ecuador, Bolivia y Argentina). También están los países que siguen conservando la vieja denominación de 'día o fiesta de la raza' (México, Uruguay, Colombia y Honduras), otros el de día de la hispanidad (El Salvador y Colombia) y finalmente los que hacen alusión al Día de Colón (con respecto a la comunidad italiana de Estados Unidos) y los que directamente no lo celebran (Cuba).

   Como vemos, no existe un consenso real entre lo que debería celebrarse el 12 de octubre en lo que podríamos denominar 'la comunidad hispanohablante'. Pero, ¿Qué se celebra exactamente? Mientras que en España se expresa un deseo de evocación a un supuesto pasado nacional glorioso, en América Latina no existe una puesta en común de lo que debería celebrarse. Lo que sí podemos tener claro son dos cuestiones o hitos históricos: el primero sería el denominado 'descubrimiento' de América de 1492, mientras que el segundo sería el que hace referencia a los aspectos culturales, sobre todo lingüísticos, que supuso la incorporación de lo que hoy es América Latina a la Corona de Castilla de entonces.

   Si bien lo introducido anteriormente es lo que podemos observar a nivel oficial o desde las instituciones de cada país, desde una mirada histórica la cuestión adquiere otros matices. Los conceptos de colonialidad, postcolonialidad e incluso de nacionalismo tienen cabida si queremos analizar con cierta profundidad esta festividad que, aparentemente, hace alusión a hermanamientos entre pueblos (América Latina y España). Sin duda, desde las instituciones oficiales españolas se sigue prevaleciendo una mirada colonial y nacionalista de aquel 'hito histórico' que fue el 'Descubrimiento' de América. Colonial porque es una fiesta que apunta directamente ala grandeza de 'lo español' gracias a las prácticas coloniales producidas en territorio americano, y nacionalista por creer que España tiene una historia milenaria y común.

   En América Latina el espíritu de lo colonial ha ido desapareciendo poco a poco para sustituirlo por festividades que aludan a la diversidad cultural o a la resistencia indígena. Si bien países como Bolivia, Venezuela, Argentina o Ecuador procesan dichos discursos, que han bebido de las corrientes de estudios poscoloniales y de los subalternos, aún existen países en la región que celebran un acontecimiento histórico que expresa la colonialidad que se produjo a partir de aquel 'descubrimiento' de Colón en 1492. A raíz de los estudios anteriormente mencionados también han nacido diversos discursos que han querido subrayar el papel de víctima que habría sufrido América Latina en los procesos de conquista y colonialismo 'español' hasta las independencias latinoamericanas.

   El sentimiento de victimización de la región y de exaltación de lo indígena han sido utilizados como armas arrojadizas contra los discursos que se situaban a favor de los colonialistas. Al mismo tiempo, todo este discurso fue de utilidad para resguardarse en una mentira o manipulación histórica que sugiere una idealización de lo indígena frente al aborrecimiento de 'lo español'. Llegados a estepunto, nos enfrentamos a un debate en el cual ninguna de las posturas que se han tomado tanto en América Latina como en España convencen en el sentido de un hermanamiento real entre culturas diferenciadas o nuevos entendimientos entre diversas formas de entender la realidad.

   A lo que ninguno de los países hace referencia es a las relaciones que efectivamente se produjeron durante la colonia española: unas realidades heterogéneas dónde predominaba el corporativismo y no la dominación absoluta de un rey 'que todo lo ve'. Las relaciones de frontera entre virreinatos, naciones y pueblos diferenciados abundaron en lo que se denominó el Antiguo Régimen. Si bien hubo conquista, matanzas y expolio, las relaciones no podían basarse solo en dominación o fuerza bruta, sino en unaserie de acercamientos social-culturales, políticos y económicos entre sociedades diferenciadas.

   Tras el auge del liberalismo político, la decadencia del imperio español y las ansias de poder de ciertas familias, los procesos de independencia, que desencadenarían sangrientas guerras, dieron pasos a los Estados nacionales, responsables de los procesos de homogeneización social que se iban a producir. Así pues, si hablamos de expolio, exterminio y saqueo de lo indígena, tendremos que hablar también de lo que ocurrió en el sur de Chile en la denominada 'Pacificación de la Araucanía', en la 'Conquista del Desierto' de Argentina o en 'La Matanza del Salsipuedes' de Ururguay, por mencionar algunos ejemplos. Los Estados decimonónicos fueron los verdaderos genocidas que legitimarían el exterminio y laexclusión de lo indígena en favor del Estado nacional.

   Sin duda esto no se trata de alabar o martirizar a un sistema u otro sino más bien de recoger lo más importante de todos estos procesos históricos: entender la diversidad cultural. Los retos de futuro no pasan por nacionalismos ni victimismos, sino por construir nuevos espacios de encuentro entre culturas diferenciadas que comparten digamos 'una historia compartida'. Para lograrlo es fundamental que se pase de lo estrictamente protocolar y oficial a lo social y cultural, donde España tiene que ser participe. Si efectivamente existe una globalización, esta debe consistir en el entendimiento de los diferentes y no en la lucha de los homogéneos.

   *Gonzalo Andrés García Fernández es investigador en el área de historia del IELAT de la UAH, donde es también graduado en Historia y tiene el máster en 'América Latina y la Unión Europea: una cooperación estratégica'. Ahora realiza una tesis doctoral,  Formación y percepciones de la ciudadanía en las escuelas públicas. Un estudio comparado para Alcalá de Henares y Valparaíso (1980-2016) en el programa 'América Latina y la Unión Europea en el contexto internacional'.