Actualizado 22/08/2009 18:10

Garantes de préstamos en Bosnia pagan deudas de otros

Por Daria Sito-Sucic

SARAJEVO (Reuters/EP) - Cuando Alma, una bosnia soltera madre de dos niños acordó hacer de garante de un préstamo para un colega, nunca imaginó que llegaría el día en que realmente tendría que pagar la deuda.

Sin embargo, eso es exactamente lo que le ocurrió a esta administradora de una escuela secundaria de Sarajevo, quien forma parte de unos 100.000 bosnios que están pagando deudas de amigos y parientes a quienes sirvieron de garantes con el fin de ayudarlos a reconstruir sus vidas tras la devastadora guerra de 1992-1995.

"Estoy pagando la deuda de un ex colega que ha dejado su trabajo y a quien ya no veo más", dijo Alma, de 52 años, quien estaba demasiado avergonzada para dar su apellido.

"Si sólo existiera un fin para esta pesadilla", agregó desconsolada. Alma alquiló su departamento para tener un ingreso extra, ya que dos tercios de su salario de 400 euros (567 dólares) van para cubrir los préstamos.

En los estados creados después del colapso de Yugoslavia en la década de 1990, la gente prontamente salió de garante de préstamos para amigos o parientes, sin saber que tal respaldo había dejado de ser una mera formalidad como en los tiempos socialistas.

Ahora, la generosidad que ayudó a revivir a este país de los Balcanes después del peor conflicto bélico en Europa desde la Segunda Guerra Mundial, está perjudicando a los garantes, al mismo tiempo que sufren el impacto de la crisis económica internacional.

Antes, los empleos estaban asegurados hasta la jubilación y la moneda, el dinar, sufría frecuentes denominaciones, haciendo de los servicios de préstamo una tarea fácil. Además, con la poca propiedad privada que había, los garantes eran un mecanismo clave de respaldo.

Si bien los funcionarios dicen que el endeudamiento general en Bosnia es relativamente bajo comparado con otros países de los Balcanes, las pérdidas por la crisis financiera en el sector de microcréditos podrían generar pobreza para la clase media y trabajadora que depende profundamente de tales préstamos. Eso a su vez podría contribuir a la inestabilidad del país dividido étnicamente.

"Antes, no había despidos en masa ni la pobreza que hay hoy", dijo Milan Seselj, un ejecutivo del sector de microcréditos donde los préstamos están exclusivamente respaldados por garantías.

Su firma Sunrise, con sede en Sarajevo, sufrirá este año pérdidas por primera vez.

Los vecinos Croacia y Serbia han tenido problemas con clientes poco confiables y garantes desconformes, pero luego implementaron controles más estrictos para acreedores y nuevos mecanismos de protección.

"Es muy difícil encontrar un garante en Serbia porque los ciudadanos están muy endeudados y muy pocos pueden calificar como garantes viables", dijo a Reuters un empleado de un banco de Belgrado.

CRISIS MUNDIAL GOLPEA EL MICROCREDITO

En Bosnia, donde la guerra se cobró 100.000 vidas y las propiedades sufrieron una profunda destrucción, las personas tuvieron que depender del prójimo. Una garantía había sido el instrumento más seguro hasta la crisis.

El sector de microcréditos, creado y financiado por el Banco Mundial y otros donantes internacionales después de la guerra 1992-1995 entre los serbios, musulmanes y croatas de Bosnia, ha sido elogiado como un éxito por revivir a la pequeña empresa en el país desgarrado por la guerra.

Estos pequeños préstamos han ayudado a crear más de 100.000 puestos de trabajo hasta ahora, permitiendo que muchos abran comercios como tiendas de recuerdos, restaurantes, instalaciones para producción de alimentos, granjas y talleres de procesamiento de madera.

Pero la crisis económica internacional ha hecho estragos sobre estos pequeños negocios.

"Nuestros clientes están profundamente endeudados y cualquier alteración en la liquidez del mercado tiene un impacto directo sobre ellos", dijo Seselj, quien es el vicedirector de Sunrise que extiende préstamos para pequeños comercios.

El sector de microcréditos ha experimentado un fuerte crecimiento en los últimos años de tanto como el 40 a 50 por ciento en algunas organizaciones, pero debido a la crisis económica registrará un pérdida de hasta 4 por ciento en el primer semestre del 2009 por primera vez desde que fue creado, dijo Seselj.

El índice de incumplimiento de pagos se ha duplicado, llegando al 8 ó 9 por ciento de todos los préstamos de este tipo desde fines de 2008, agregó.

La economía bosnia, que registró un sólido crecimiento del 5,5 por ciento en el 2008 y un 6 por ciento el 2007, tiene previsto contraerse un 3 por ciento este año, según cálculos del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el banco central de Bosnia.

"Es muy difícil, sin duda sentimos el impacto de la crisis sobre nuestros clientes pero debemos tratar de sobrevivir", dijo Munira Babic, una cliente de Sunrise que espera ansiosamente el ingreso de compradores en su tienda de recuerdos en el histórico barrio turco de Sarajevo.

En las dos regiones autónomas que componen Bosnia, los microcréditos van desde 5.000 euros en la federación Croata-Musulmana a 25.000 euros en la República Serbia.

Muchas personas acumularon varios préstamos debido a que las organizaciones de microcréditos no estaban obligadas a denunciar a sus clientes ante el registro central de créditos hasta hace varios meses.

Sólo los prestatarios sabían cuán endeudados realmente estaban. Además de sus propios préstamos, muchos clientes de microcréditos eran garantes entre sí y finalmente quedaron atrapados en el círculo de endeudamiento.

En la República Serbia, donde algunos incluso se han suicidado por no poder saldar sus préstamos, una nueva asociación busca cambios en la legislación para proteger a los garantes.

"El principal problema es la falta de regulación sobre el cobro forzado de deudas", dijo Zeljka Rakocija, vicedirector de la agencia bancaria de la República Serbia que supervisa a los bancos.

"Los bancos están optando por el modo más fácil e inmediatamente apuntan al garante en vez de recorrer los extensos procedimiento judiciales. Y al no haber regulación, la puerta queda automáticamente abierta al fraude", dijo Rakocija.

Algunos no esperan que la justicia se pronuncie.

"A veces tienes que usar la fuerza para recuperar tu dinero", dijo el propietario de un bar de Sarajevo Medo Corovic, quien confiscó el inventario del comercio de un amigo cuyo crédito él tuvo que pagar. "Puedo entender la bancarrota, pero el descaro no lo acepto", agregó Corovic.