Actualizado 03/06/2016 17:45

Hambre, asesinatos, violaciones... la cruda realidad de las cárceles iberoamericanas

Prisiones
REUTERS
      

   MADRID, 7 May. (Notimérica) -

   Hacinamiento, insalubridad, violaciones de Derechos Humanos, falta de higiene y de atención médica...son algunos de los problemas más comunes en muchas prisiones de Iberoamérica.

   Organismos defensores de Derechos Humano (DDHH) han denunciado frecuentemente la precaria situación que viven los reos en los centros penitenciarios de países como México, El Salvador o Brasil, entre otros.

   Punto de reunión de las maras salvadoreñas, escenarios de combates entre bandas rivales, el hogar de numerosos capos de los cárteles de la droga... En ocasiones, los penales iberoamericanos se asemejan más a una 'escuela del crimen' que a un centro de reinserción social.

   En Notimérica repasamos algunos sucesos y hechos que ejemplifican la cruda realidad que impera en las cárceles iberoamericanas.

PERÚ

   Comenzando por Perú, uno de los centros más peligrosos es el de San Pedro, en San Juan de Lurigancho. Fue escenario en 1986 de los sucesos conocidos como 'la matanza de los penales', una serie de motines de los presos en diferentes prisiones, entre ellas la de San Pedro, que se saldaron con la muerte de 300 reos.

   Con más de 7.000 presos en un área diseñada para 2.500, se trata de la cárcel con mayor hacinamiento del país y una de las primeras a nivel mundial. Con apenas unas decenas de médicos para todo el centro, la tuberculosis se ha convertido en un letal enemigo.

   A excepción de los delincuentes sexuales, en Lurigancho todos los presos están mezclados entre sí. Por ello, son frecuentes las disputas entre internos y los abusos por parte de los presos que controlan la prisión. La corrupción de los funcionarios, el tráfico de drogas y el autogobierno por parte de algunos reos marca el día a día en este centro penitenciario.

   En 2009, National Geographic ofreció un documental en donde se pudieron contemplar las condiciones hostiles en las que viven los internos y los enfrentamientos entre pabellones para conseguir comida o un pedazo de pan.

Perú

COLOMBIA

   En el país cafetero destaca el centro La Modelo, hogar tanto de presos comunes como de algunos poderosos señores de la droga, violadores o paramilitares. Como en muchas prisiones, el hacinamiento y las malas condiciones de vida son uno de los principales problemas que enfrentan los presidiarios de La Modelo.

   Pero si algo ha conmovido a la sociedad es el reciente hallazgo por parte de las autoridades colombianas: un centenar de personas que habrían muerto descuartizadas, aparentemente víctimas de una cadena masiva de ataques ocurridos entre 1999 y 2001.

   Las víctimas no solo serían reclusos, sino también visitantes o incluso personas ajenas a la cárcel cuyos cadáveres terminaban en el sistema de alcantarillado tras el descuartizamiento. Envenenamientos, torturas, palazos... La Fiscalía colombiana ha logrado documentar cuáles fueron las prácticas que se usaron para asesinar a reclusos y visitantes del penal.

   Actualmente, La Modelo es escenario de dos mundos diferentes. En el ala sur habitan los delincuentes comunes y violadores. En la zona norte, los capos del narcotráfico, quienes gracias a los adecuados sobornos logran subsistir en condiciones más dignas que el resto.

   Unos sobornos que les ayudan a paliar una de las mayores amenazas: el hambre. La Procuraduría General de la República denunció en 2012 que los suministros alimenticios son insuficientes y aumentan los riesgos para la salud de los reclusos.

Colombia

HONDURAS

   Las prisiones de Honduras, superpobladas en su inmensa mayoría --cerca de 15.000 presos en cárceles diseñadas para 8.000---, están gestionadas desde hace años por los propios reos. La autoridad penitenciaria es sustituida por el autogobierno, favoreciendo que haya altos índices de corrupción y violencia.

   El autocontrol del centro trae consigo disputas internas por hacerse con el poder, lo que se traduce en más violencia y más asesinatos. Por ello, la cárcel de Comayagua es habitualmente un punto de confrontación entre bandas rivales.

   La tragedia de 2012, en la que 362 personas murieron calcinadas por un incendio no ha servido de lección a los residentes --presos o funcionarios-- de Comayagua, la cárcel más violenta del que posiblemente sea el país sin guerra más violento del mundo.

   Ese mismo año tuvo lugar uno de los sucesos más macabros y sádicos ocurrido en una cárcel: los internos, descontentos con el coordinador general del penal, Mario Henríquez, alias 'Don Mario', asesinaron a éste y a los doce presos de su círculo más cerano durante un motín.

   Tras decapitar, mutilar los genitalez y arrancar el corazón de 'Don Mario', se lo dieron a su perro para que se lo comiera, a quien también matarían instantes después. La causa del brutal crimen: el maltrato y abuso ejercido por el coordinador contra los presos.

Honduras

CHILE

   El centro penitenciario Colina 2 reúne a los reos mas refractarios de Chile. Estos son aquellos que no respetan las normas o autoridades intrapenitenciarias y que no pretenden rehabilitarse. Por ello, este centro es considerado como el más peligroso del país chileno.

   Creado para 1.400 reos, actualmente alberga a más de 3.000. En los primeros 10 meses del año 2014, 10 presos fueron asesinados entre las paredes de Colina 2 y otros 180 resultaron heridos a causa de las disputas internas.

   Una de las grandes dificultades que encuentran los funcionarios de este centro es la escasez de efectivos: dos personas se encargan de custodiar a unos 200 internos. Aunque no es el único problema.

   Durmiendo prácticamente casi apilados, con presencia de chinches y otros parásitos, comiendo con la mano y haciendo sus necesidades en un "baño turco" en un espacio de ocho metros cuadrados donde habitan 14 personas. Así viven los presos de Colina 2 según el informe final realizado por la comisión de visita de cárceles de la Corte Apelaciones de Santiago.

   Curiosamente, la situación de los gendarmes no es mucho mejor que la de los presos. "La Comisión observó también con atención las malas condiciones en las que se encuentran las dependencias o 'ranchos' en los que deben permanecer los funcionarios de Gendarmería a cargo de la custodia perimetral del recinto, lugar estrecho y hacinado, con filtraciones de agua desde el baño hacia un dormitorio", añade el documento ofrecido por el diario 'El Mercurio'.

   Sin embargo, la tortura a manos de policías y guardias penitenciarios es un problema que persiste. No existe en el Código Penal una referencia específica a la tortura, conforme esta se define en instrumentos internacionales. Incluso la Presidenta Bachelet se comprometió a presentar un proyecto para rectificar esta situación en su mensaje presidencial de cuenta pública pronunciado en mayo de 2015.

EL SALVADOR

   En El Salvador, la capacidad de los centros ha excedido en aproximademente un 300 por ciento de su capacidad, lo que dificulta el proceso de reinserción de los presos.

   Por si fuera poco, se estima que cerca del 40 por ciento de la población penitenciaria del país son miembros de alguna banda. Esto hace que las cárceles se hayan convertido en una suerte de centros de reunión para las maras y las organizaciones criminales.

   En la prisión de Cojutepeque, por ejemplo, reside la banda Barrio 18, cuyos líderes controlan el centro e incluso organizan crímenes en el exterior desde el interior.

   Poniendo algunos ejemplos de la violencia que impera en las cárceles del país centroamericano, en enero de 2015, dos reos pandilleros fueron asesinados en Cojutepeque; en septiembre del mismo año, unos presos mataron a otros tres internos. Tres semanas antes, la Dirección General de Centros Penales reportó el hallazgo de otras 14 víctimas mortales, esta vez, en el penal Quezaltepeque.

   Y si Cojutepeque es el 'hogar' de Barrio 18, la cárcel La Esperanza lo es para la Mara Salvatrucha (MS 13), sus aférrimos enemigos. Desde una estructura pensada para 800 personas, donde viven cerca de 5.000, se ordenan secuestros y asesinatos en el exterior, lo mismo que ocurre en Cojutepeque.

Salvador

VENEZUELA

La cárcel de la Sabaneta tenía el dudoso honor de ser la cárcel más peligrosa de Venezuela. En 2008, 44 homicidios y 50 heridos; en el primer semestre de 2009, 20 muertos y otros 14 con daños. El hecho de que los reos tuvieran acceso a armas de fuego ayuda a entender estas cifras. Además, en todo Venezuela se registran más de 300 asesinatos anuales que se producián en el interior de sus cárceles.

Pero tras el cierre de la Sabaneta en 2013, la cárcel de El Rodeo, con unos 5.000 presos, se ha convertido en la peor cárcel venezolana y en escenario de guerras de bandas. La figura del llamado "pran" es como si fuera la autoridad a pesar de que también sean presos.

Los pranes son los reclusos líderes de los cárceles venezolanas, a quienes el resto de presos pagan una especie de cupos de vida. Básicamente, el que no paga es asesinado.
En general en toda Venezuela, los miembros de pandillas armadas ejercen el control efectivo de las cárceles en las cuales están recluidos, en gran parte, gracias a la corrupción, la seguridad deficiente, el deterioro de la infraestructura, la sobrepoblación, la falta de personal y la inadecuada capacitación de guardias en las prisiones.

    En julio, el 63 por ciento de las más de 50.000 personas alojadas en centros penitenciarios cumplían prisión preventiva, y más de 100 habían muerto en prisión de acuerdo al 'Informe Mundial 2016' presentado por la organización internacional Human Rights Watch (HRW)

BOLIVIA

Hasta junio de 2015, el 78 por ciento de los presos no habían sido condenados. El uso extendido de la prisión preventiva y las demoras en los juicios han agravado el hacinamiento y las condiciones deficientes en las cárceles. Hasta mayo, había 13.793 detenidos en cárceles, cuando su capacidad máxima es de 5.126 personas.

Uno de los centros más duros es el de Palmasola. Construido para unos 600, a día de hoy alberga a más de 4.500. Como siempre, el hacinamiento favorece la violencia. Prueba de ello, los 35 reclusos que murieron en una guerra interna en 2013.

Además de para la violencia, en Palmasola también hay hueco para la desigualdad. Mientras los más ricos se costean celdas de lujo (con nevera, bar, televisión...) los que menos tienen se conforman con infames cubículos, y los más desfavorecidos directamente se encuentran a la intemperie.

GUATEMALA

Destaca Granja Penal de Pavón. Fue construido a finales de los años 70 y con el tiempo se convirtió en un centro con hacinamiento por lo que las autoridades decidieron sólo controlar el perímetro de la prisión y dejar que los prisioneros estuvieran prácticamente en el interior por su cuenta.

Desde 1996, una organización criminal se desarrolló allí, con operaciones de cocaína dirigidas por señores de la droga colombianos encarcelados en el mismo sitio. El lunes 25 de septiembre de 2006, 3000 efectivos de la policía y las fuerzas militares invadieron la prisión y la autoridad estatal fue totalmente restablecida.

A principios de este mes fueron localizados los cadáveres de dos reos en el interior. El portavoz del Sistema Penitenciario, Rudy Esquivel, informó que este es el primer reporte de reos fallecidos que se tiene en lo que va del año en ese penal. Sin embargo en total, 14 privados de libertad han perdido la vida en 2016.

En total, la Granja Penal de Pavón alberga a 2.633 privados de libertad, pese a que la capacidad máxima es de 960 personas.

Guatemala

BRASIL

Numerosas cárceles y centros de detención en Brasil están afectados por una grave sobrepoblación y violencia. La sobrepoblación y la falta de personal suficiente impiden a las autoridades penitenciarias el mantenimiento del control dentro de las cárceles, lo que hace que los internos sean vulnerables a violencia y a las actuaciones de las pandillas.

Las condiciones de hacinamiento también afectan la salud de los internos. Un dato estremecedor es que la prevalencia de VIH en las cárceles brasileñas es 40 veces mayor que afuera.

Es el país con mayor población carcelaria de Iberoamérica y el cuarto a nivel mundial, detrás de Estados Unidos, China y Rusia. Según admitió el director general del Departamento Penitenciario Nacional (Depen) brasileño, Renatto De Vitto, a BBC Mundo, "el número de muertes violentas en los presidios es seis veces mayor que la media nacional de homicidios, que ya es bastante elevada".

Una de las que se encuentra en peores condiciones es la cárcel de Pedrinhas, en Pernambuco, con cerca de 3.000 presos en un centro para 1.700. En 2014 se difundió un video donde se demostraba que los reos apuñalaban y asesinaban a otros internos.

A pesar del hacinamiento, la mala comida y la falta de salud e higiene, el mayor peligro de Pedrinhas son los propios privados de libertad. Incluso se han llegado a realizar prácticas tan macabras como la decapitación y el canibalismo. Como en otros países, aqui también existe la figura de un líder que extorsiona, roba, viola y abusa de los más débiles.

Otro de los presidios que más preocupan a los defensores de Derechos Humanos es el de Urso Branco, en el estado de Rondônia, fronterizo con Bolivia, que el mes pasado vivió una rebelión de internos.

El penal fue escenario de matanzas de decenas de presos en la década pasada, lo que llevó a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos a pedir a Brasil medidas para proteger a los internos.

REPÚBLICA DOMINCANA

A pesar de la creación de "cárceles modelo" como parte de un programa del gobierno para mejorar las condiciones penitenciarias, la verdad es que la mayoría de los internos permanecen en establecimientos tradicionales con grave sobrepoblación.

    Hasta agosto de 2015 había más de 26.000 presos en un sistema con capacidad para 14.000. La prisión más grande del país, La Victoria, alberga a más de 8.000 presos a pesar de que tiene capacidad oficial para 2.000.

La Victoria es un peligroso foco de enfermedades como el cólera que son causa de más muertes que los homicidios. La escasa presencia policial provoca que sea un centro de negocios con el que se puede comprar calidad de vida y seguridad.

MÉXICO

Un informe de la Comisión Nacional de Derechos Humanos denunicaba que el autogobierno predomina en el 60 por ciento de las cárceles mexicanas. En términos generales, el país azteca tiene una población penitenciaria de más de 238.000 reclusos a pesar que la infrastructura está diseñada para cerca de 190.000.

Una peligrosa cárcel es la de Laredo, en el estado de Tamaulipas. Este estado ha sido tradicionalmente escenario de guerrra entre el Cartel del Golfo y los Zetas por el control del territorio y las rutas de la droga. En ocasiones, esta guerra ha penetrado las paredes penitenciarias.

También destaca la cárcel de Santa Marta, a donde dirigen a algunos de los criminales más peligrosos. Por ello se ha llegado a crear un equipo de fuerzas especiales preparados para intervenir en cualquier momento.

La falta de espacio hace que capos del centro ordenen asesinatos. Otro método utilizado es el secuestro de familares de algunos presos para obligarles a suicidarse. Cada reo que muere, más espacio hay.

Por último, la cárcel de Topo Chico ha sido con frecuencia escenario de múltiples crímenes. El último de ellos, perpetrado a principios de febrero. 49 personas murieron y 12 resultaron heridas en una disputa entre miembros de los cárteles mencionados.

De acuerdo a la Comisión Nacional de Seguridad (CSN) la población de Topo Chico hasta diciembre de 2015 era de 3.965 reos. La cárcel tiene capacidad para 3.685 presos; cuenta con una sobrepoblación de más de 200 internos.

Laredo (México)