Actualizado 04/01/2016 11:56

La historia del paraíso brasileño donde no pueden nacer bebés

La historia del paraíso brasileño donde no pueden nacer bebés
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   BRASILIA, 4 Ene. (Notimérica) -

   Fernando de Noronha es un pequeño paraíso terrenal en forma de archipiélago ubicado en el océano Atlántico, al noroeste de Brasil, y perteneciente al estado de Pernambuco.

   El lugar, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) y considerado uno de los destinos preferidos para los recién casados, no es tan idóneo para quienes desean formar una familia, ya que desde 2004, dar a luz en el archipiélago se ha convertido en un imposible.

   La razón es que en ese año cerró la última unidad de maternidad de la isla debido a que la infraestructura era demasiado costosa para la media de 40 nacimientos anuales, tal y como informó 'BBC Mundo'. Por ello, las mujeres embarazadas de Fernando de Noronha se ven obligadas a viajar a la capital de Pernambuco, Recife, ubicada a 545 kilómetros.

   La odisea que deben vivir estas mujeres ha salido a la luz gracias al documental del brasileño Alan Schvarsberg, 'Nadie nace en el paraíso'.

   El director supo del tema hace dos años, cuando impartía un curso de videoactivismo en la isla. Schvarsberg quiso saber qué temas les gustaría a los participantes abordar durante las sesiones y, para su sorpresa, la gran mayoría de los asistentes mencionó la "prohibición de parir".

   A pesar de la expresión, no existe ninguna ley que impida explícitamente dar a luz en el archipiélago. Sin embargo, la Coordinación de Salud, con sede en Recife, se encarga de que las embarazadas dejen Fernando de Noronha a partir de la semana 34 de gestación.

   Algunos consideran que esta medida es "una violación al derecho de nacer", como es el caso de Monique Souza, de 22 años, quien relata su experiencia en el documental.

   "Lo peor es tener que salir de tu casa (...) Había unas 40 mujeres embarazadas en aquella época y unas cuatro esperaban dar a luz en las mismas fechas que yo", recordó. "Escuché que a otras madres les llegaron a decir que la culpa sería de ellas si el bebé tenía complicaciones", confesó Souza.

LA AGONÍA DE ABANDONAR TU HOGAR

   Por ello, el organismo de salud de la isla ofrece a las embarazadas y a sus acompañantes un billete de avión de ida y vuelta a Recife para que puedan tener a su bebé en las mejores condiciones posibles.

   Además, en algunos casos, el Gobierno también se encarga de costearles un hotel en la capital, así como tres comidas al día y los gastos de transporte para los desplazamientos a las consultas médicas.

   Sin embargo, para muchas de las afectadas, la posición de las autoridades difiere mucho de la realidad.

   En este sentido, Souza, madre de dos hijos, aseguró en el documental que cuando tuvo a su primer bebé no tuvo la asistencia adecuada, recibiendo únicamente el billete de avión, por lo que tuvo que asumir los costes de alojamiento.

   Por ello, para su segundo hijo reclamó el hotel. "Si no exiges tus derechos no te dan la asistencia", lamentó la joven.

"PROBLEMA POLÍTICO"

   Desde el punto de vista del organismo de salud, "el problema es puramente político".

   Así lo explica la funcionaria de la entidad en Noronha Marilde Martins da Costa, quien cumple su tercer mandato en el puesto. "No se justificaba que, teniendo una o dos parturientas al mes y un vuelo diario, tuviera que venir un médico y un anestesista para el parto. Llegaban un día y volvían otro".

   La coordinadora de salud de la isla, Fátima Souza, coincide con Martins da Costa y tilda de "inviable" reabrir el servicio de maternidad del archipiélago por falta de recursos, dado que para mantenerlo serían necesarios al menos 38.000 dólares al mes.

   En contraste, según datos de la Coordinadora de Salud, la administración empleó cerca de 19.000 dólares en billetes de avión de ida y vuelta para las embarazadas y sus acompañantes, quienes son trasladados a Recife en el séptimo mes de gestación con el fin de "protegerlas de un problema mayor".

   En este sentido, la trabajadora social encargada de atender a las madres, Talita Lima, asegura que no es común que las embarazadas se quejen "de la angustia", aunque según 'BBC Mundo', el coste emocional de ser separadas de sus familias en la última fase del embarazo, con poco dinero y sin opciones de ocio, es mayor de lo que parece.

   "Existe el temor a decir algo y que haya represalias", explica el director Schvarsberg quien, tras estar en contacto con algunas de estas víctimas, declara que "el embarazo se está convirtiendo en algo muy traumático".

   De hecho, según el realizador, no son pocas las mujeres que evitan quedarse embarazadas por la situación que se vive en este archipiélago.

   "En mi opinión es una forma de exterminio de la población local muy perversa", sentencia el autor de 'Nadie nace en el paraíso'.