Actualizado 20/04/2015 19:44

Honduras, el país más peligroso para ser ecologista

Honduras, el país más peligroso para ser ecologista
Foto: REUTERS

TEGUCIGALPA, 20 Abr. (Notimérica) -

   Honduras es el país más peligroso para ser ecologista en los últimos cinco años, ya que el promedio del pasado 2014 indica que, al menos, dos personas eran asesinadas por manifestar su oposición contra la destrucción del medioambiente y se registraron 101 muertes entre 2010 y 2014.

   Según un informe de la organización no gubernamental Global Witness, '¿Cuántos más?' ('How many more?'), el documento señala que "al menos 116 activistas del medioambiente fueron asesinados en 2014", la mayoría de ellos en medio de manifestaciones en defensa por las fuentes hidrográficas, las minas y la agroindustria.

   Algunos de los fallecidos fueron asesinados por la Policía durante las protestas y otros murieron disparados por asesinos a sueldo. Lo cierto es que, en el momento en el que las compañías buscan nuevas tierras para explotarlas, cualquiera que interfiera en su camino paga el precio más alto.

   El promedio del informe indica que "casi tres cuartas partes de las muertes registradas tuvieron lugar en Centroamérica y Sudamérica", y "un 40 por ciento de los fallecidos pertenecían a la población indígena".

   En términos globales es probable que la cifra de fallecidos sea mayor, ya que la mayoría de las muertes registradas tuvieron lugar en pueblos remotos o aislados en la profundidad de la jungla, donde prima la falta de acceso a las comunicaciones y los medios y muchos sucesos han podido escapar a la información de ámbito público.

   A lo largo del informe, se recogen diversos análisis globales de violencia e intimidación, con testimonios de activistas que han sufrido amenazas, ataques y criminalización "por estar en el camino del llamado 'desarrollo'", muchas veces incluso acusados de "terroristas" y catalogados como "enemigos del estado".

ECOLOGISTAS AFECTADOS

   "Me siguieron, amenazaron con matarme, con secuestrarme, amenazaron a mi familia. Ese es el tipo de cosas a las que nos enfrentamos", asegura la activista ganadora del Premio Goldman Environmental 2015, Berta Cáceres.

   El caso de la ecologista Cáceres es emblemático por el foco sistemático de los defensores del medioambiente en Honduras que representa. Desde el pasado 2013, tres de sus compañeros han sido asesinados por resistirse al proyecto de la represa hidroeléctrica Agua Zarca en el Río Gualcarque, que afecta a una fuente de agua para cientos de indígenas Lenca, y dos de sus hijos se han marchado de Honduras para su propia seguridad.

   Los verdaderos autores de estos crímenes suponen un poderoso vínculo de corporativismo e intereses estatales y han salido impunes.

   Por su parte, los tres indígenas líderes Tolupán, Armando Fúnez, María Enriqueta Matute y Ricardo Soto fueron asesinados por pistoleros en una protesta anti minería en el norte de Honduras. Los tres habían recibido amenazas de muerte instándoles a desistir en sus esfuerzos por proteger el entorno.

   A pesar de las circunstancias difíciles y los riesgos constantes, su posición es firme y no tienen intención de desistir. En palabras de un miembro de los indígenas Tolupán del grupo de Locomapa: "No vamos a desistir en la lucha por mantener a salvo nuestros recursos naturales limpios y en las manos de la comunidad. Hay quienes quieren dinero fácil (...), pero nosotros continuamos luchando por nuestro derecho a autoabastecernos".