Actualizado 31/01/2016 14:06

Investigadores tratan de explicar la despoblación indígena tras la llegada de europeos

Guerrero seklnam
WIKIPEDIA.ORG

   MADRID, 31 Ene. (Notimérica) -

   Un grupo de investigadores ha realizado un estudio para determinar si la masiva reducción de la población nativa americana fue consecuencia directa de la llegada de los colonos europeos al Nuevo Mundo hace cientos de años.

   Es sabido que la llegada de los europeos al continente americano trajo consigo una serie de enfermedades y de violencia que diezmaron la población indígena pero, en este aspecto, los investigadores tienen sus discrepancias.

   Por una parte, están los que aseguran que la enfermedad golpeó al indígena al poco tiempo de su primer contacto con el hombre europeo, mientras que otros piensan que se trató de un proceso más gradual. Por otro lado, hay quienes aseguran que la (casi) extinción indígena afectó a las emisiones de carbono mundiales, alterando el clima y contribuyendo al cambio climático.

   Según informa la agencia 'Sinc', los nuevas investigaciones han centrado sus estudios en la reducción demográfica en los pueblos de Jémez, en Nuevo México (EE UU), creando un modelo que cuantifica las pérdidas. Para llevar a cabo su análisis han utilizado técnicas de teledetección, datos arqueológicos, cronologías de anillos de árboles y registros históricos.

   Las conclusiones a las que llegaron es que la decaída de la población indígena no llegó hasta años después de la llegada de los europeos, coincidiendo con el establecimiento de las iglesias misioneras. Eso sí, detallan que una vez comenzó el declive, la pérdida de vidas fue fulminante.

   "En el suroeste de Nuevo México, el primer contacto se produjo en 1539, pero las cifras de población indígena no se resintieron hasta 1620. A partir de esa fecha la despoblación es muy rápida. Desde 1620 a 1680 la mortalidad fue asombrosamente alta: alrededor del 87% de la población nativa murió en ese periodo tan corto", explica el profesor del departamento de Antropología de la Universidad de Harvard Matthew Liebmann.

    Es decir, aunque la población tardó casi 100 años en comenzar a disminuir, solo pasaron 60 años hasta que se redujo en cerca del 87 por ciento. En ese período, la población nativa se redujo de 6.500 a menos de 900 personas en los 18 pueblos del estudio. Según Liebmann, esta altísima mortalidad supuso un aumento de la frecuencia de los incendios.

   "Cuando la gente habitaba la zona en poblados, necesitaba madera para los techos y para calentar la casa y cocinar. Además, preparaban la tierra para la agricultura, así que los árboles no crecían de la misma forma. Sin embargo, cuando esta población indígena desaparece, los bosques empiezan a crecer de nuevo y se producen más incendios", explica.

   Hasta 1620, los incendios eran pequeños y se producían de forma esporádica porque los poblados actuaban de cortafuegos. Sin embargo, a medida que fueron desapareciendo y el bosque fue creciendo, la fuerza de las llamas era imparable. Ya en el año 1900, los incendios se volvieron a reducir gracias al aumento del pastoreo y a nuevas políticas de gestión de los bosques federales", aclara el investigador.

   Este nuevo estudio está relacionado con lo que algunos llaman como el 'antropoceno', la nueva era geológica en la que ha podido entrar el planeta Tierra. Para algunos investigadores, esta era comenzó en 1610 cuando se redujeron los niveles de C02.

   Una de las teorías sobre el antropoceno temprano sugiere que, como los indígenas americanos desaparecieron a gran escala, especialmente en el Amazonas, los bosques volvieron a crecer y a absorber carbón, provocando este cambio en los niveles de carbono, conclusión que todavía no han dado por definitiva.

   "Lo importante, desde mi punto de vista, es que el suroeste de los actuales EE UU fue uno de los primeros puntos de contacto entre los europeos y los nativos americanos, y en el año 1610 aún no se había experimentado una despoblación catastrófica, por lo que es difícil creer que sucediera en el resto de Norteamérica en esa fecha tan temprana", concreta el profesor de Harvard.