Actualizado 13/09/2016 11:08

La Isla de Pascua y el problema de la basura

Isla De Pascua
TURISMO DE CHILE

   SANTIAGO DE CHILE, 13 Sep. (Notimérica) -

   Cada vez son más los turistas que eligen la Isla de Pascua como destino. En el año 2015, 95.000 personas llegaron a la isla chilena, lo que generó junto con sus 6.500 habitantes una media diaria de siete toneladas de residuos --de los cuales sólo el 20 por ciento fueron causados por nativos--.

   La tierra firme más cercana a la isla está a 3.700 kilómetros de distancia, por lo que es difícil encontrar una solución ecológica y sostenible. Además, solo entre el 30 y 40 por ciento de la población separa los residuos, según la encargada de educación ambiental en la Municipalidad de Rapa Nui --nombre vernáculo de Isla de Pascua--, Varoia Ike, al diario chileno 'La Tercera'

   "No todos reciclan hacen bien", reconoció Ike, ya que "dependemos de empresas recicladoras del continente y los residuos deben estar limpios y secos y solo la mitad están en buenas condiciones, el resto, el 80 por ciento va al vertedero".

   Todo lo que se consume en la isla se importa, y para 2025 se calcula que llegarán a la isla 32 toneladas de cartón, 18 de plástico, 12 de latas y nueve toneladas de vidrio.

   Este pequeño territorio, se encuentra en el paso de las corrientes marinas que arrastran basura desde el continente y desde la 'Isla de Plástico' --remolino de basura del pacífico--, lo que incrementa la dificultad para encontrar una solución.

   Por su parte, la aerolínea Lan Cargo se ha ofrecido como el mejor aliado de la Isla de Pascua, ya que cada viernes la bodega del avión se lleva gratis tres toneladas de cartón al continente. También, dos toneladas de plástico salen el primer jueves de cada mes y otras dos toneladas de aluminio el último.

   En el caso del las botellas limpias, estas son aceptadas por la empresa recicladora que las compra en el continente para fabricar envases de frutas y galletas, según el historiador Marcos Haoa. El resto de residuos va al vertedero aunque a veces sirve como material de construcción.

   El arquitecto estadounidense Michael Reynosl, conocido como 'el guerrillero de la basura' ha construido un edificio sostenible con materiales reciclados para albergar la Escuela de Música de Rapa Nui, fundada por el concertista Mahani Teave.

   Las oficinas del centro de reciclaje se han construido con latas de aluminio, botellas de plástico y envases tetrapack y el suelo con vidrio molido. En el caso de los electrodomésticos, carcasas de coches y neumáticos viejos, se apilan en el centro de acopio, así como aceites, baterías, vidreos, aerosoles y tarros de cristal.

   Desde hace 29 años, un grupo de voluntarios tiene "declarada la guerra a la basura" que llega por el mar, cada vez más dañina para los peces que se enredan en las cuerdas y redes o se comen microplásticos que el agua va triturando.

    Entre dos y cuatro veces al año, dirigidos por una funcionaria de la municipalidad, Piru Huke, organizan batidas para recoger la basura de la costa. En mayo de este año recogieron cerca de 1,8 toneladas de basura.

    "No es suficiente", reconoce tras lamentar la casi de recursos disponibles, que es la aportación de una empresa que les da mensualmente 100 bolsas de basura gratis. Pero a menudo, los voluntarios tienen que sacar los desechos a cuestas o a lomos de caballo.

   Otro de los problemas, es la pesca. Los buques de factoría japoneses, chinos o españoles que faenan en estas aguas ricas en atún de aleta azul, el dorado, la palometa, la barbacuda y el marlín, abandonan redes y desechos de plástico que acaban llegando al estómago de otros peces.

   La Mesa del Mar, es una organización que nació en el 2014 y que agrupa a pequeñas asociaciones locales para trabajar en la creación de un área de pesca exclusiva en Rapa Nui, que impida la pesca industrial e ilegal.