Actualizado 05/07/2009 15:52

Israel desmantela campamentos de beduinos en Cisjordania

Por Douglas Hamilton y Ali Sawafta

WADI AL MALEH, Cisjordania (Reuters/EP) - Ejerciendo su autoridad como potencia ocupadora, el Ejército israelí ha comenzado a levantar los campamentos de beduinos en Cisjordania, donde la comunidad nómada han hecho pastar a su ganado por años.

Dos decenas de familias fueron desplazadas en operaciones de desalojo durante junio, buscando deshabilitar las tiendas negras que están dispersas sobre las resecas colinas del valle norte del Jordán.

Funcionarios palestinos afirman que hay 200 familias amenazadas. Las autoridades israelíes, aplicando lo que el grupo Human Rights Watch denomina una "política despiadada", señala que los beduinos están siendo trasladados por su propia protección desde áreas militares bajo riesgo de fuego cruzado.

Puede que sus viviendas no sean más que tiendas, pero para los beduinos que vivían junto a un manantial al que se refieren como "agua dulce" éstas eran su hogar, hasta que fueron recogidas con una pala y depositadas en una pila junto a la excavadora mecánica del Ejército.

Rediles de animales fueron aplastados y los pocos restos de camas y mobiliario destartalado fueron apilados a la intemperie.

"Hemos estado viviendo en esta tierra durante siete años", dijo Mohammad Kaabneh, de 38 años y padre de nueve hijos. "Los soldados nos dijeron que nos mudásemos porque esta era una zona militar. Pero no tenemos otro lugar adónde ir. Y luego ellos regresaron esta mañana", añadió.

El desalojo es un ejercicio extraño: no hay casas para que el Ejército derribe como lo haría en otros casos, como los de las construcciones ilegales de palestinos, de modo que los campesinos pueden montar sus tiendas en otro lugar.

Un portavoz de la Administración Civil de Israel, dirigida por el Ejército en Cisjordania, dijo que hace un tiempo intenta persuadir a los beduinos para que se muden a una ubicación más segura.

"Cuando esto fracasó, les advertimos que estaban poniendo sus vidas en riesgo al colocar sus tiendas en medio de una zona militar y que podrían ser evacuados", señaló el portavoz.

"PELIGRO"

El mes pasado, el Ejército colocó carteles sobre caminos de tierra en el lugar con la inscripción: "Peligro. Zona de fuego. Prohibida la entrada".

Los avisos de desalojo fueron emitidos, sin derecho a apelarlos, y se les dijo a las familias que se mudaran en 24 horas. Tres semanas más tarde llegaron soldados sin mayores advertencias y desarmaron los campamentos.

Algunos de los pastores dicen que han vivido en esta tierra desde la década de 1950, y hasta ahora se han negado a dejar la zona.

Los riesgos son reales.

"Yo perdí a mi hijo", dijo Qadri Daraghmeh. El joven de 19 años murió producto de una explosión en enero del 2008 y los investigadores del Ejército dijeron que fue por una mina dejada después de un operativo.

"Pero no hay otro lugar adónde ir", añadió el campesino.

Unas pocas horas después de que se marcharan los soldados, la familia de Kaabneh se mudó a unos cientos de metros de allí, improvisando una tienda sin paredes para protegerse del severo calor. Sus cabras de refugiaron bajo una gran palmera, usando cada centímetro de sombra.

"Simplemente las volveremos a levantar, como lo hicieron nuestros vecinos", dijo, apuntando a la carpa de una familia que según dijo había sido desalojada unas pocas horas atrás.

El primer ministro palestino, Salam Fayyad, quien visitó la zona recientemente, dijo que el Ejército israelí podía demoler los campamentos, pero "nosotros los reconstruiremos porque esta es la única forma que nuestro pueblo tiene de permanecer en su tierra".

"Estamos decididos a hacerlo y lo verán," dijo Fayyad.

El grupo activista Human Rights Watch observó que bajo una orden del Ejército israelí de 1970, la gente que viva en una zona militar puede ser desalojada sin una orden judicial excepto aquellos designados como "residentes permanentes."

Los funcionarios palestinos dicen que en la zona hay dos áreas de entrenamiento militar que abarcan 150 kilómetros. Desde que fue declarada una zona militar "hace años", según Human Rights Watch, los desalojos podrían haber sido ordenados en cualquier momento.

No había explicación sobre por qué estaban siendo llevadas a cabo recién ahora.

Daraghmeh afirmó que muchas familias tienen el título certificado para el pastoreo, incluyendo el suyo "de mi abuelo". Pero la Suprema Corte de Israel asegura que como los beduinos son "pastores" estos no pueden ser considerados residentes permanentes.

Los beduinos sostienen que el Ejército y los funcionarios israelíes les dijeron que todos serían retirados de la zona en su debido momento, lo que tal vez abarque a 2.000 personas en campamentos de montaña dispersos a ambos lados de una carretera que se extiende unos 20 kilómetros.

CAMPAMENTOS, ASENTAMIENTOS

Hay seis campamentos del Ejército israelí en la zona, dijo el funcionario palestino local Aaref Daraghmeh. También hay varios asentamientos israelíes incluyendo Rotem, Maskiyyot y Mehola, que según la Corte Mundial están construidos ilegalmente sobre tierras ocupadas.

Casi toda porción de tierra fértil entre las colinas cerca de la principal autopista que atraviesa el valle de Jordán es obra de Israel. Esto es agroindustria, no un kibbutz. Las plantaciones de dátiles, viñedos, cebaderos y granjas de pavos funcionan a una escala altamente comercial.

Las granjas de los beduinos, en comparación, no son mucho más que operaciones de subsistencia.

"Hace 15 años que estamos aquí", dijo Amal Qasem, quien vive en un par de grandes tiendas con sus niños descalzos, con una docena de terneros que evitan el calor del mediodía en un pequeño corral techado.

"Nosotros sacamos agua del manantial. Pero ahora los colonos vienen y la usan como una pileta y nos dicen que nos vayamos. Temo que el Ejército pronto vendrá a echarnos", expresó la mujer.