Actualizado 11/09/2016 08:29

Jacinto Convit, el médico venezolano que desarrolló una vacuna contra la lepra

Jacinto Convit
TWITTER: FUNSACIÓN JACINTO CONVIT

   BUENOS AIRES, 11 Sep. (Notimérica) -

   La lepra fue históricamente una enfermedad incurable, así como la principal causa de mutilaciones y de vergüenza entre la población mundial. Esta enfermedad infecciosa --aunque no especialmente contagiosa-- lleva afectando a la humanidad desde hace al menos 4.000 años, según demostró una excavación en el noreste de India en el año 2009.

   Causada por la bacteria Mycobacterium lepromatosis --que fue identificada en el año 2008 en la Universidad de Texas--, la lepra ha tenido un valor estigmatizador durante gran parte del siglo XX. En 1995, la Organización Mundial de la Salud (OMS) estimaba que entre dos y tres millones de personas de todo el mundo estaban en situación de discapacidad por esta patología.

   Las cuarentenas forzadas, la segregación de pacientes y las medidas sanitarias poco éticas siguen siendo todavía, a día de hoy, una de las lacras para los pacientes que sufren esta enfermedad --una cifra considerablemente menor a la que existía en el siglo pasado--.

Las 'leproserías', centros de atención y tratamiento de enfermos de lepra, se mantienen en numerosos países, entre ellos, en Argentina, Brasil, República Dominicana, o España. Estos centros han sido utilizados para tratar la afección, aunque también se han convertido en lugares de marginación y reclusión.

   Con un diagnóstico que solía ser incorrecto --la lepra se ha confundido tradicionalmente con la sífilis, que sí es altamente contagiosa-- pocos han sido los profesionales sanitarios que han dedicado su atención a esta enfermedad, sin embargo, si hubiera que destacar un nombre este sería el del médico y científico venezolano Jacinto Convit.

   Nacido en Caracas el 11 de septiembre de 1913 --en la parroquia de La Pastora--, Convit es conocido por desarrollar una vacuna contra la lepra, un hito que le consiguió el Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica de 1987, y su nominación al Premio Nobel de Medicina en 1988.

   La lepra, una enfermedad que se propaga con especial idoneidad en los países tropicales y templados, ocupó desde muy pronto su campo de investigación. Por ese motivo, la OMS le nombró Director del Centro Cooperativo para el estudio Histológico y Clasificación de la Lepra, un puesto que desempeñó hasta poco antes de su muerte --a los 100 años de edad, en 2014--.

   En 1968, fue nombrado Presidente de la Asociación Internacional de la Lepra y reelecto en 1973. Años después, en 1980, ingresó en la Academia Nacional de Medicina de Venezuela, por su larga trayectoria científica.

   Convit no descansó hasta que consiguió obtener una vacuna contra la lepra. Venezuela se convirtió en un centro de entrenamiento de lucha contra la enfermedad. Por este motivo, en 2002, la Organización Panamericana de la Salud le otorgó el título de 'Héroe de la Salud Pública de las Américas', además también es considerado como uno de los científicos más importantes del mundo.

   Actualmente, el tratamiento de esta patología se prolonga entre seis meses y dos años, con varios grupos de medicamentos, y la administración de sulfonas. La prevención de la lepra consiste en evitar el contacto físico prolongado con personas enfermas que no hayan sido sometidas a tratamiento.