Actualizado 23/04/2015 13:10

Luis Mazzantini, el torero español que triunfó en Cuba

LUIS MAZZANTINI
Foto: CUBA TRAVEL

MADRID, 23 Abr. (Notimérica) -

   De origen vasco aunque padre italiano, Luis Mazzantini fue un torero español que triunfó en Cuba en la temporada de 1886-1887, hasta el punto de que todavía hoy en día los cubanos le recuerdan con frases como "eso no lo hace ni Mazzantini el torero".

   Murió el 23 de abril de 1926 en Madrid, pero en la Cuba que le vio hacerse un torero en el ruedo, le recuerdan año tras año en el aniversario de su muerte, según informa el portal cubano 'Cuba travel'.

   Salió al ruedo por vez primera el 13 de abril de 1884, en Sevilla, donde ya exhibió su bravura y su elegancia, que tiempo después también iba a apreciar la esquina habanera de Infanta y Carlos III, famosas plazas de toros de la capital cubana.

   Su frío valor y su porte de señorito español hicieron que el torero se echara literalmente en el bolsillo al público de San Cristóbal de La Habana.

   Mazzantini llegó a torear 16 corridas en la temporada 1886-87. Al marcharse de Cuba fue despedido como un triunfador entre aclamaciones y cohetes. Desde allí se embarcó para México, donde toreó también con mucho acierto.

   Abandonó los ruedos en 1905, para dedicarse a la política. Fue elegido concejal de Madrid y, posteriormente, gobernador civil de Guadalajara y Ávila, aunque murió en Madrid tiempo después.

UNA VIDA DE CONQUISTAS

   Mazzantini vivió en Francia durante algunos años de su infancia. En 1870 regresó a España, donde obtuvo el bachillerato en Artes. Empezó a trabajar como telegrafista en diversas compañías ferroviarias, hasta que llegó a ser jefe de estación en el pueblo toledano de Santa Olalla.

   Su afición a los toros -una vez que hubo asumido su fracaso en el intento de convertirse en tenor de ópera- pudo con todos los empleos estables que quisieron ofrecerle.

   En 1884, apadrinado por Salvador Sánchez Povedano, 'Frascuelo', recibió la alternativa en la plaza de Sevilla. Su fama de torero valiente y excéntrico se fue propagando por la Península, de manera que incluso llegó a imponer la moda que él vestía, de corbata y bastón.

   Mazzantini fue un gran estoqueador y ha pasado a la historia de la tauromaquia como el primer diestro que acabó con la arbitraria y caprichosa elección del orden de lidia de los toros, privilegio ostentado hasta entonces por los ganaderos.