Publicado 11/11/2015 01:41

Más de 100 activistas e indígenas han sido asesinados en Honduras desde 2010

Members of the Military Police for Public Order (PMOP) patrol an impoverished ne
JORGE CABRERA / REUTERS

TEGUCIGALPA, 11 Nov. (Reuters/EP) -

Más de un centenar de indígenas y activistas que luchan por el medioambiente han sido asesinados en Honduras desde el año 2010 por conflictos de tierra con empresas agrícolas, mineras y eléctricas, lo que convierte al país en "el más peligroso del mundo para el activismo ecológico", según ha denunciado este martes la ONU.

Un 6 por ciento de los 8 millones de hondureños pertenecen a alguna etnia indígena, que viven en las regiones más deprimidas por la pobreza, el analfabetismo y la falta de servicios de la nación cafetera.

"Tenemos una cifra de unos 111 defensores del medioambiente y los Derechos Humanos que han sido asesinados desde el 2010. Se supone que el 40 por ciento son individuos de las comunidades indígenas", ha dicho la relatora especial de la ONU Sobre Derechos de los Pueblos Indígenas, Victoria Tauli-Corpuz, en una rueda de prensa.

El dato confirma a Honduras como el país más peligroso para los activistas del medioambiente, por encima de otras naciones de riesgo en la región como Brasil y Colombia, según la organización no gubernamental Global Witness.

"Me preocupa profundamente el ambiente general de violencia e impunidad que afecta a muchas comunidades indígenas del país", ha agregado la funcionaria internacional, quien visitó durante ocho días Honduras, uno de los países más violentos del planeta, a petición del propio Gobierno.

Pese a que cada año mueren decenas de personas por conflictos con empresarios agrícolas, madereras, hidroeléctricas, exploradores de petróleo y gas, mineros y colonos mestizos, muy pocos casos llegan a resolverse.

Según Tauli-Corpuz, los pueblos indígenas también sufren por la situación generalizada de delincuencia en sus territorios como la remota Mosquitia, una región selvática en la costa Atlántica donde tropas de Honduras y Estados Unidos libran un combate sin cuartel contra los cárteles del narcotráfico.