Actualizado 09/01/2015 19:54

Más de un millón y medio de mexicanos padecen trastorno bipolar

Mujer con una enfermedad mental
Foto: GETTY

MÉXICO DF, 9 Ene. (Notimérica/Notimex) -

   La bipolaridad es un trastorno que afecta al 1,6 por ciento de los mexicanos, afectando tanto al paciente como a su entorno.

   La experta del Departamento de Salud Mental de la facultad de Medicina de la UNAM, Ingrid Vargas Huicochea, expuso que los afectados tardan entre ocho y doce años en buscar atención, hasta que resultan evidentes consecuencias que pudieron detenerse con una detección oportuna, como el abandono de metas académico-profesionales, divorcios, problemas legales y abuso de sustancias.

   Por otro lado, las repercusiones familiares incluyen el desembolso de ahorros y de patrimonio para costear los tratamientos. La experta señaló además que lo que hoy llamamos bipolaridad era un mal conocido en la antigua Grecia, aunque con el tiempo cambió de denominación.

   En su momento, la clasificación psiquiátrica la ubicó como una enfermedad maniacodepresiva, aunque ahora se considera que oscila entre la depresión y la esquizofrenia debido a que comprende aspectos emocionales y episodios psicóticos (aunque no siempre).

   En la actualidad se conoce que los pacientes deben recibir tratamiento con estabilizadores del ánimo, aunque también es posible emplear la psicoterapia cognitivo-conductual.

   Entre los resultados del estudio, Vargas Huicochea indicó que en el núcleo familiar, no todos los miembros atienden al enfermo y quien asume esa responsabilidad suele ser una mujer.

   El padecimiento se puede presentar a cualquier edad, incluso en niños y adultos mayores, aunque lo habitual es que se manifieste alrededor de la tercera década de vida.

   Subrayó asimismo la necesidad de sensibilizar a la población con información veraz sobre esta psicopatología e hizo hincapié en la importancia de una detección oportuna y de favorecer una distribución homogénea de psiquiatras, pues hay pocos en el país y casi todos están en el Distrito Federal. "Si los profesionales y la familia trabajan en conjunto y escuchan lo que vive y experimenta el paciente, la situación mejoraría", sostuvo.

   Al respecto, señaló que hay pocas herramientas terapéuticas, "no somos una sociedad que fomente recursos preventivos de rehabilitación. Si es difícil para quien lo padece, lo es más para los familiares", indicó.