Actualizado 08/02/2015 22:32

EEUU incumple su propia legislación al expulsar a la mayoría de niños mexicanos que huyen de la violencia

Un grupo de niños observa a varios hombres armados
Foto: DANIEL BECERRIL / REUTERS

MADRID, 8 Feb. (EUROPA PRESS) -

   Tan solo el 4,5 por ciento de los menores de edad de nacionalidad mexicana que logran pasar la frontera con Estados Unidos huyendo de la violencia en su país consiguen poder acceder a un permiso de residencia tal y como ordena la legislación estadounidense sobre inmigrantes menores de edad, según ha revelado la ONG Oficina de Washington sobre América Latina (WOLA por sus siglas en inglés), una que trabaja por la mejora de los derechos de los inmigrantes iberoamericanos en Estados Unidos.

   "Unos 17.000 menores mexicanos" cruzaron la frontera con Estados Unidos a lo largo del año 2013. Sin embargo, solo unos 750 niños lograron ser trasladados a la Oficina de Reasentamiento de Refugiados (ORR), tal y como ordena la Ley para la Reautorización y la Protección de las Víctimas del Tráfico (TVPRA por sus siglas en inglés), pensada para menores de edad que huyen de sus países de origen debido a la violencia.

   Según la TVPRA, las autoridades del control de fronteras deben cerciorarse de tres cuestiones antes de repatriar a los niños que cruzan la frontera ilegalmente sin que los acompañe un adulto. La primera es que no sean víctimas del tráfico ni de los cárteles locales. La segunda, que no tengan un miedo creíble a volver a casa. Por último, que sean capaces de volver voluntariamente a México.

   Según la ley estadounidense, si una de esas tres cuestiones no queda clara o no se cumple, deben enviar a los niños a la ORR para que, más adelante, acudan a una audiencia sobre inmigración. En ella, la Justicia norteamericana valorará las circunstancias y podrá concederle un permiso especial de residencia al menor que huya de esta situación.

   Sin embargo, la WOLA asegura que esto no se cumple. Solo el 4,5 de los niños mexicanos consigue pasar el cuestionario y ser puesto a disposición de la ORR. De hecho, la WOLA explica en un comunicado reciente que la Policía Fronteriza de Estados Unidos da a firmar a los niños un formulario en inglés en el que piden a los agentes que les devuelvan a su país.

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   "Firmé una hoja de papel, pero estaba en inglés", reconoce Susana, una niña mexicana deportada, según la WOLA. "Todo el mundo la firmó en inglés, pero ninguno sabía nada de lo que ponía", asegura Susana. Más tarde se percató de que lo que había firmado era una petición para ser devuelta a México.

   Según la WOLA, esto ocurre solo en el caso de los niños mexicanos. En el caso de otros países azotados por la violencia y el crimen organizado, como Honduras, Guatemala o El Salvador, la TVPRA se cumple sin demasiadas complicaciones. El hecho de que México tenga frontera terrestre con Estados Unidos facilita que la Policía Fronteriza devuelva a los niños en menos de 48 horas.

VIOLENCIA EN MÉXICO

   La situación de violencia en el norte de México motiva a varios miles de niños cada año a abandonar su país. Un informe publicado por UNICEF revela que el asesinato de menores de edad en México se ha más que duplicado entre 2007 y 2011. Además, UNICEF recuerda que ha habido 9.000 desapariciones desde que el actual presidente de México, Enrique Peña Nieto, llegó al poder en diciembre de 2012.

   Una investigadora mexicana sobre la migración de menores, Gloria Valdez, ha explicado a la WOLA que "algunos jóvenes prefieren cruzar la frontera en lugar de ser forzados a entrar en el crimen organizado y en el tráfico de drogas". Y es que, según el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados, el 59 por ciento de los menores detenidos en la frontera citan la violencia como la principal razón por la que huyen de México.

   La WOLA también recoge el testimonio de Esteban, un joven mexicano que decidió tratar de cruzar la frontera a través del desierto de Sonora, que separa la California estadounidense y la Baja California mexicana, para no tener que ser reclutado por el crimen organizado. "A un amigo mío lo sacaron (los miembros del crimen organizado) de su casa y desapareció", asegura Esteban. "Lo encontraron un mes después debajo de un árbol, cortado en pedacitos", recordó Esteban.

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