Actualizado 16/06/2011 21:23

El estado de Nuevo León culmina su jornada más violenta con 33 asesinatos

Entre ellos, dos escoltas del gobernador del estado


MÉXICO DF, 16 Jun. (EUROPA PRESS) -

El estado de Nuevo León (norte), fronterizo con Estados Unidos, vivió el miércoles su jornada más sangrienta al registrar unos 33 muertos en hechos relacionados con el crimen organizado, justo cuando se desarrolla en todas las regiones de México el Operativo Nacional de Seguridad en el que participan más de 300.000 efectivos.

Tan sólo en Monterrey --capital del estado-- fueron asesinadas 16 personas, según datos divulgados por medios locales. En la localidad de Guadalupe aparecieron los cadáveres de seis hombres con signos de tortura; en Pesquería cinco sicarios fueron abatidos, y en Cadereyta encontraron tres hombres descuartizados. En otros municipios fueron localizados varios cadáveres con signos de tortura.

Lo cuerpos comenzaron a ser localizados desde tempranas horas del miércoles, según informes policiales. En la colonia San Jerónimo de Monterrey, alrededor de las 07.00 horas (14.00 horas en la España peninsular), fue hallado el cadáver de una mujer de unos 30 años al lado de un colegio.

En Guadalupe fueron encontrados seis cuerpos, dos de los cuales eran escoltas del gobernador de Nuevo León, Rodrigo Medina, quienes habrían sido ejecutados por presuntos miembros del crimen organizado. Al lado de los cadáveres apareció un mensaje escrito que decía: "Para el gobernador Rodrigo Medina, aquí están dos de sus guardaespaldas". En el texto los homicidas aseguran que las víctimas habrían recibido dinero del cártel de Los Zetas, uno de los más poderosos de México.

El Consejo de Seguridad de Nuevo León ha tenido que reconocer que el estado afronta una ola de violencia sin precedentes producto de la pugna entre los cárteles de la droga. Según sus datos, la cifra de muertos correspondiente al miércoles sería de 33, sin embargo, recuentos realizados por medios locales apuntan a que serían 35 e incluso más de 40 los fallecidos.

El portavoz del Consejo, Jorge Domene, ha asegurado este jueves que la mayoría de los ejecutados son delincuentes que forman parte de los cárteles de la droga, sin especificar cuáles. La ola de violencia ha sido interpretada --ha indicado-- como una "amenaza" contra las autoridades de ese estado, fronterizo con Estados Unidos.

Nuevo León ha vivido su jornada más violenta apenas tres días después de haber comenzado el Operativo Nacional de Seguridad que la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago) puso en marcha el pasado lunes en todos los estados de México, con el objetivo de desarticular bandas criminales y capturar a los delincuentes más buscados del país.

Unos 310.000 efectivos --entre policías de investigación y estatales-- han sido desplegados en todo el país, con el propósito de atacar entre el 65 y 79 por ciento de los delitos que más afectan a los mexicanos, como el robo de vehículos, el secuestro, el menudeo de drogas y la posesión ilegal de armas. Este inédito operativo culminará el próximo domingo.

REACCIÓN DEL CRIMEN ORGANIZADO

El jefe de Gobierno del Distrito Federal y actual presidente de la Conago, Marcelo Ebrard, ha asegurado que los hechos ocurridos en Nuevo León son una "reacción" del crimen organizado al gran operativo nacional. "Es evidentemente una acción para tratar de intimidar a las autoridades del estado", ha aseverado.

Por tanto, Ebrard considera que estos sucesos no pueden ser considerados un fracaso, debido a que si existe una respuesta por parte de las organizaciones delictivas "quiere decir que algo estamos haciendo". "Hay una reacción, hay un objetivo evidente de intimidar a la autoridad del estado, a su gobernador", ha insistido.

Ebrard ha considerado que esta situación debe obligar a los gobernadores a "redoblar el paso, seguir adelante y no aceptar ningún tipo de intimidación para todo este tipo de operativos que son, efectivamente, un instrumento que seguramente está lesionando los intereses de esos individuos, sino, no reaccionarían de esa manera".

Durante el tercer día del operativo, las fuerzas de seguridad mexicana detuvieron a 1.131 presuntos delincuentes en todo México, recuperaron 626 coches con denuncias de robo y decomisaron 69 armas largas.

Desde que el presidente mexicano, Felipe Calderón, asumió el poder en diciembre de 2006, unas 40.000 personas han sido asesinadas en hechos violentos en los que habrían participado miembros de los cárteles del narcotráfico que mantienen una encarnecida guerra por el control del mercado de la droga que se vende en Estados Unidos, principal consumidor de cocaína del mundo.

Pero además los mexicanos son azotados por las bandas criminales radicadas en las ciudades, las cuales se dedican a delitos como el robo de coches, venta ilegal de piezas de vehículos, el secuestro, la extorsión, el hurto y los atracos, entre otros. Autoridades no descartan que algunas de estas organizaciones tengan cierta relación con los cárteles de la droga, que se han hecho con el poder en algunas zonas del país.