Actualizado 03/11/2015 12:11

Habitantes de un pueblo de Guerrero piden investigar fosa común en el caso de los 'normalistas'

Faltan 43 estudiantes de Ayotzinapa México
México.- Habitantes de un pueblo de Guerrero piden investigar una fosa común en el caso de los 'normalistas'

MÉXICO DF, 2 Nov. (EUROPA PRESS) -

   Los habitantes del municipio de Carrizalillo han pedido a las autoridades mexicanas que investiguen una fosa común cuya ubicación ha sido revelada recientemente por un supuesto miembro de Guerreros Unidos por su posible relación con los 43 'normalistas' desaparecidos en Iguala.

   Los hechos se remontan al pasado miércoles cuando los vecinos de Carrizalillo retuvieron a Modesto Peña Celso, supuesto informador de dicha organización criminal, y a los ocho miembros de la Policía Federal que lo escoltaban.

   Los residentes locales reconocieron a Peña Celso como uno de los habitantes de Carrizalillo y, por ello, decidieron retener a las dos patrullas policiales hasta la llegada al lugar de agentes de la Marina y de la Procuraduría General de la República (PGR).

   En este tiempo, Peña Celso --que finalmente fue detenido junto a los ocho uniformados por supuestos vínculos con el 'narco'-- contó a sus vecinos que cerca del municipio había una fosa común con varios cadáveres y sugirió que había muchas más.

   Los pobladores buscaron la fosa común en una zona rural conocida como Los Cazahuetes y, en cuanto empezaron a excavar en la ubicación señalada por Peña Celso, afloraron lo que a simple vista parecían mandíbulas y vértebras humanas.

   Un agente del Ministerio Público les prometió viajar desde la capital guerrerense, Chilpancingo, para abrir una investigación al respecto, pero días después les confesó que no iría debido a la carga de trabajo provocada, precisamente, por la detención de Peña Celso y los policías.

   Los vecinos están convencidos de que esa fosa común podría arrojar luz sobre el caso de los 'normalistas' porque, según han confesado, Guerreros Unidos usa desde hace años ese municipio para deshacerse de las personas que captura en localidades cercanas como Iguala.

   "No hemos encontrado nada antes porque aquí la gente ya no sale al campo. La presencia de esos hombres nos condenó a permanecer en nuestras casas y tomar solamente la ruta que va hacia la mina", ha dicho un habitante, en declaraciones al Grupo Milenio.

LA NOCHE DE LA DESAPARICIÓN

   En un paso más, los residentes en Carrizalillo han revelado que la madrugada del 26 al 27 de septiembre de 2014, cuando desaparecieron los estudiantes de magisterio, "llegaron muchas camionetas con gente vestida de negro, chalecos antibala y armados", además de maquinaria pesada.

   "Queremos decirles a los padres de los 'normalistas' que vengan a buscar, que no tenemos ningún problema para que entren a nuestras tierras y revisen nuestras casas", ha dicho uno de los habitantes de esta localidad mexicana.

   "En su momento nos opusimos porque los de Guerreros Unidos dijeron que los papás estaban muy enojados e iban a venir a meterse a nuestras casas y llevarse a nuestros hijos, pero ahora estamos abiertos a que vengan y salgan de dudas", han explicado.

CASO IGUALA

   Los 'normalistas' llegaron a Iguala el 26 de septiembre de 2014 para recaudar fondos para viajar a la capital mexicana el 2 de octubre con el fin de participar en la conmemoración de otra matanza estudiantil, la de Tlatelolco.

   Ese día la esposa del alcalde tenía previsto presentar un informe de su labor al frente del Sistema de Desarrollo Integral para la Familia municipal y, ante el temor de que los estudiantes reventaran el acto, como ya había ocurrido en el pasado, el alcalde ordenó a la Policía actuar contra los 'normalistas'.

   Policías de Iguala, apoyados por agentes de Cocula, interceptaron a los jóvenes a la entrada del municipio y abrieron fuego, matando a uno de ellos y dando lugar a un enfrentamiento que se saldó con seis muertos y 25 heridos.

   Una vez controlada la situación, detuvieron a los 'normalistas' que no consiguieron huir, les condujeron en varios furgones policiales a los límites entre Iguala y Cocula y se los entregaron a Guerreros Unidos, que --según la versión de la PGR-- los asesinaron e incineraron.

   A partir de ese momento se pierde el rastro de los 43 'normalistas'. El análisis de los restos encontrados en la treintena de fosas comunes halladas en Iguala y los municipios cercanos ha permitido identificar a dos de los jóvenes.