Actualizado 05/09/2015 16:06

Los miccosukees, los indígenas dueños de un imperio hotelero

   WASHINGTON, 5 Sep. (Notimérica) -

   La tribu de los Miccosukee (también conocida como Mikasuki) es en la actualidad una de las más importantes y prósperas del territorio norteamericano. Con sus numerosos casinos, complejos hoteleros y restaurantes, han logrado crear un negocio fuerte que ha permitido además que su cultura y tradiciones hayan sobrevivido en el tiempo.

   Aunque la tribu, reconocida por su afabilidad y pacifismo es querida en la región, algunos comerciantes de la zona consideran que las ventajas fiscales de las que disfrutan provocan una situación de competencia desleal.

   Durante los últimos años, han ocupado las portadas por sus problemas con Hacienda, a la que podrían deber todavía cantidades millonarias.

   Procedentes de los estados de Carolina del Norte y Carolina del Sur fueron desplazados con el paso de los años a Florida, donde residen en el sur del estado en un de las reservas de indios más grandes de Estados Unidos.

   Tras luchar durante casi 500 años contra las invasiones extranjeras, primero de los españoles y después de los angloestadounidenses, fueron reconocidos finalmente como estado soberano por el estado de Florida en 1957 y por el gobierno federal en 1958.

   En la actualidad, el pasaporte Miccosukee es aceptado en varios países, entre ellos, en Cuba desde 1959, cuando varios representantes de la tribu se reunieron con Fidel Castro en el país y este procedió a reconocerlos de manera oficial.

   Divididos entre los indios miccosukees y los seminolas, ambos de idéntica procedencia, los dos grupos se dedican por igual al negocio del juego, aunque a muy distinto nivel: por cada casino en manos de un miccosukee, siete pertenecen a los seminolas.

   Sin embargo, si algo les reconoce como tribu es que nunca cesaron en la demanda de sus derechos y tierras expropiadas por Estados Unidos. Aunque no sería hasta 1964, cuando una comisión les diera la razón y valorara las pérdidas millonarias que les habían ocasionado estos hechos.

AUSENCIA DE IMPUESTOS

   Con la llegada de la década de los 70, tanto miccosukees como seminolas, fueron prosperando en la industria hostelera, en parte, por la venta de tabaco libre de impuestos y la creación de las primeras salas de juego controladas por las tribus. Solo en 2005, los seminolas declararon que habían ganado 1.100 millones de dólares.

   Sin embargo, no todo su éxito se debe a su innovador proyecto de negocio, parte de sus beneficios son la consecuencia de las ventajas fiscales y flexibilidad normativa de sus centros, que les fue concedida por el Gobierno de Estados Unidos.

   En 1988, se aprobó la Ley de Juegos de Azar para los Indios, mediante esta normativo se reconoce el derechos de los indios a regentar casinos, así como a no pagar impuestos generales ni a hacer públicas sus ganancias.

   Aunque estos privilegios resultarían muy tentadores para otros empresarios, los indios miccosukees llevan más de cinco años luchando para ser eximidos también de los tributos personales, reclamados por el Departamento de Tesorería de Estados Unidos (IRS) en numerosas ocasiones.

DEUDAS CON HACIENDA

   Al ser declarados como estado soberano, los miccosukees se niegan a ceder su soberanía ante cualquiera y esto incluye también al IRS y al Gobierno de Estados Unidos.

   La tribu dispone de una Constitución propia y un cuerpo de Gobierno formado por cuatro miembros adultos mayores de 18 años, que ostentan el poder durante un periodo de cuatro años. Escudándose en esto, se niegan a pagar los impuestos que corresponden a sus miembros de manera individual.

   Según ha informado el diario 'The Native Times', en 2012 el IRS podría haber reclamado cerca de 26 millones de dólares a los miccosukee, a lo que respondieron que el impago era la consecuencia de un mal consejo de sus abogados.

   El más afectado de la trama es Billy Cypress, el ex jefe de la tribu, que debe cerca de tres millones de dólares en impuestos y multas atrasadas.

LUCHADORES, PERO PACÍFICOS

   Los miccosukees pelean, aunque con armas diferentes a las utilizadas por sus antepasados. A través de la justicia han conseguido ganar casi todas las disputas en las que han iniciado.

   Han logrado ganar un juicio sobre la propiedad de páginas web con su nombre y también se metieron en la compra estatal de la compañía azucarera Sugar Corp, ya que consideraban que la empresa podría perjudicar a los trabajos de restauración del parque nacional de la zona de los Everglades.