Actualizado 18/02/2015 08:51

Los mitos del avión que apareció dos veces en 53 años en Los Andes

Los Andes
Foto: WIKIPEDIA

SANTIAGO, 17 Feb. (Notimérica) -

   La noticia del descubrimiento de un avión desaparecido hace 53 años sorprendió al mundo entero. Los restos de un fuselaje y otras partes del aeroplano en un lugar no revelado de Los Andes aparecen en varias fotografías y vídeos.

   Sin embargo, no era la primera vez que se hallaba un avión, sino que ya había aparecido una vez, en 1961, tan sólo ocho días después de que ocurriera el accidente, en el que fallecieron los 24 pasajeros, incluidos los ocho futbolistas del famoso equipo deportivo Green Cross.

   Los expertos andinistas que transmitieron la noticia no están totalmente seguros de que se trate del mismo avión. Y de ser así, tampoco piensan que son los primeros en haberlo descubierto.

   "Jamás hemos dicho que hemos descubierto nada. No somos tan idiotas de pensar que el avión no lo había visto nadie antes. Imagina, si hay muchos campesinos de la zona que sabían del lugar", indicó Leonardo Albornoz, uno de los nueve integrantes de la expedición.

   Muchas preguntas han rondado las cabezas de los investigadores desde entonces, como la incógnita de no hacer pública la ubicación del hallazgo. BBC resuelve algunas.

LA PRIMERA DESAPARICIÓN DEL DOUBLAS C-3

   El avión estrellado en el que volaba el Green Cross era un Douglas DC-3, el modelo de aeroplano que, según la empresa aeronáutica y de defensa Boeing, masificó la aviación.

   El C-3 del accidente chileno pertenecía a la empresa estatal Línea Aérea Nacional de Chile, la actual LAN. De acuerdo con el periodista Luis Urrutia O'Neill, que investigó el suceso, los deportistas regresaban de Osorno tras haber disputado un partido de Copa fuera de casa contra el Osorno.

   Al ser festivo por coincidir con los días de Semana Santa y haber mucha demanda de billetes, el equipo se dividió en dos vuelos. Fue el segundo grupo quien sufrió el accidente.

   Uno de los mitos es que la torre de control en Santiago no respondió a tiempo al capitán del vuelo, Silvio Parodi, cuando solicitó el permiso para descender porque el avión tenía hielo en las alas.

   Frente a este detalle, una de las versiones que más se propagó fue que el descenso no se autorizó de manera inmediata porque otro avión volaba a la misma altura y en dirección contraria.

   Urrutia sostiene que los controladores en Santiago intentaron evitar una colisión entre los dos aviones del Green Cross que viajaban en la misma dirección. Al parecer, los dos aviones sólo tenían dos minutos de distancia y 1.000 metros de altura de diferencia.

   Santiago "nunca supo si Parodi y su tripulación recibieron estas indicaciones. Lo más probable es que el hielo acumulado sobre el fuselaje del avión ya hubiera destruido la antena de la radio de la aeronave", explica el periodista.

   Fue entonces cuando el avión del Green Cross desapareció por primera vez.

LA BÚSQUEDA

   La búsqueda del avión durá ocho días. "No faltó el mitómano que vio el avión caer al mar", señala Urrutia, "así que en la búsqueda participaron incluso navíos militares y mercantes".

   El 11 de abril de 1961, el capitán Sergio Riesle y su copiloto René Sugg comunicaron el "avistamiento de ala y parte de fuselaje del aparato" frente a la ciudad de Linares, a 300 kilómetros al sur de Santiago.

   Se calculó, entonces, que el avión había chocado con la ladera noreste de un cerro llamado Lástima, en la Cordillera de los Andes. Las imágenes en blanco y negro que publicó el diario 'El Mercurio' son claras y se observan los restos del fuselaje, por lo que el avión había aparecido.

   Sin embargo, Leonardo Albornoz, portavoz del grupo de rescate actual, indica que no saben "en qué lugar de la montaña recuperó los restos del avión ese grupo de rescate".

   Podría ser que se hubiese encontrado una parte del avión en 1961 y la otra en 2015. "Es una hipótesis que tiene sentido", subraya  Albornoz. "Estuvimos en dos lugares: uno en abril del 2014 donde sólo había pequeñísimos fragmentos, pedacitos de tubo de aluminio, latitas con tuercas. Por sus características, pertenecían al avión. De allí, rastrillamos los demás cerros", agrega.

   La segunda vez, en enero del 2015, el equipo de investigadores fue más adentro y descubrió el fuselaje. "Así que tiene sentido lo que me dices. Pero han pasado 50 años, también pudo haber un deslizamiento. O que el fuselaje haya estado bajo hielo, o nieve y por el cambio climático haya aparecido", detalla.

   "No puedo ser tajante ni concluyente: pero yo pienso que es el mismo avión", sentencia el experto.

¿POR QUÉ OCULTAR EL LUGAR?

   Las declaraciones de los montañistas, sin embargo, no han tranquilizado a todos, ya que muchos no entienden por qué Albornoz aseguró que no haría público el lugar del hallazgo "para evitar profanaciones".

   "Dijimos desde un principio que daríamos la información exacta. Yo ya declaré para la Fuerza Aérea, la Dirección General de Aeronáutica Civil. Su tema es netamente el accidente y sus causas y eso lo tienen más o menos cerrado", explica.

   Otro asunto delicado fue el funeral de los fallecidos. Después de encontrar los restos del avión en 1961 se realizaron velatorios masivos para las víctimas, a partir de los restos recuperados.

   "El imponente funeral de la Asociación de Fútbol fue simbólico: les pusieron piedras a los ataúdes", comenta el exdeltantero del Green Cross, Custodio Sepúlveda.

   "Me han preguntado mucho por el funeral, pero yo no sé nada de eso. Lo que sé es que ahora no encontramos nada espeluznante. Han llegado a decir que hay cuerpos congelados. No es cierto", responde Albornoz ante esta situación.

   "Cuando se quiebra un mito, hay consecuencias. Este era como un avión fantasma en la zona, su historia pasaba de boca en boca, de padre a hijo. Decían que alguien había sobrevivido en la cola, contaban historias. Yo sólo puedo probar un mito que era cierto", concluye.