Actualizado 22/09/2010 01:10

ONU.- Alemania y Rusia defienden desde la ONU el compromiso de sus respectivos gobiernos con el desarrollo global


NUEVA YORK, 21 Sep. (EUROPA PRESS) -

El segundo día de cumbre en Naciones Unidas sobre los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) contó este martes, entre otras comparecencias, con la de la canciller alemana, Angela Merkel, y el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Sergei Lavrov, quienes defendieron el compromiso de sus respectivos gobiernos con el desarrollo global y la necesidad de cumplir las metas fijadas en el año 2000.

Durante esta cumbre, a la que asisten alrededor de 140 líderes internacionales, Merkel advirtió de que la asistencia humanitaria no debería ser eterna sino generar un impulso en los países receptores para que construyan su propia riqueza.

La canciller alemana destacó que tanto el progreso social como el económico son "impensables" sin una buena gestión y sin el respeto de los Derechos Humanos. Además, apostilló, "no hay desarrollo sin seguridad, ni hay seguridad sin desarrollo".

Por su parte, Lavrov subrayó que la ayuda a países en desarrollo sólo es eficaz si se desarrolla de forma coordinada por parte de "toda la comunidad internacional".

Tanto Alemania como Rusia recordaron sus respectivos compromisos con los ODM, en particular, y con la ayuda al desarrollo, en general. Lavrov cifró en 800 millones de dólares la asistencia de Moscú en 2009 a países en vías de desarrollo, después de una fuerte subida en comparación con los datos de 2008, cuando el dinero comprometido rondó los 220 millones de dólares.

Merkel, que definió a Alemania como "el tercer máximo contribuyente al presupuesto de Naciones Unidas" y el tercer donante en ayuda al desarrollo, declaró que incluso durante la crisis económica su administración mantiene determinados compromisos con los estados más desfavorecidos. En este sentido, reiteró que Berlín mantiene su intención de que la ayuda al desarrollo equivalga próximamente al 0,7 por ciento del PIB, aunque no detalló un año de cumplimiento de este objetivo.

CRÍTICAS DE ZIMBABUE

La reunión de seguimiento de los ODM se ha convertido también en un foro de reivindicación de asuntos domésticos a través de los discursos de determinados líderes políticos, como el del presidente zimbabuense, Robert Mugabe, que tachó las sanciones contra el país africano de "ilegales" y denunció que contribuyen a aumentar la pobreza.

"Como resultado de estas medidas punitivas y pese al nuevo plan económico, Zimbabue no ha podido establecer diferencias positivas en la vida del pobre, el hambriento, el enfermo y el indigente", lamentó Mugabe, quien pese al acuerdo alcanzado con la oposición para repartir el poder no ha logrado todavía el giro que reclama a la comunidad internacional.

El presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, también lanzó ante la Asamblea General de la ONU un discurso crítico en el que se desahogó especialmente contra el capitalismo y su "enfoque hegemónico". Ahmadineyad denunció este modelo económico y le pronosticó que se encuentra "cerca de su fin", al tiempo que defendió la imposición de un nuevo marco en el que se respeten "los derechos de todos" y se preserven "la paz y la seguridad".

EL PAPEL DE LAS MUJERES

Otros ponentes, en cambio, hicieron hincapié en colectivos como el de las mujeres, marginado en gran parte del Tercer Mundo. La primera mujer jefa de Estado en África, la presidenta de Liberia, Ellen Johnson-Sirleaf, pidió más inversión en sectores como la agricultura y el desarrollo de pequeñas empresas, ya que así entiende que se podría ayudar a la población femenina.

Johnson-Sirleaf abogó por un crecimiento económico "inclusivo" que permita la creación de empleos, "especialmente para los jóvenes", y avances "en los sectores que ayudan a las mujeres".