Actualizado 20/06/2012 21:24

KMPG considera "decepcionante" el borrador de la Cumbre Río+20 y destaca que impacto de la economía verde es "real"


MADRID, 20 Jun. (EUROPA PRESS) -

El borrador de la Cumbre de Desarrollo Sostenible que se celebra hasta este viernes en Río de Janeiro (Brasil) es "decepcionante" ante un escenario en el que 20 años después de la Cumbre de la Tierra las "tendencias más pesimistas que se apuntaban en 1992 se han hecho realidad", según el socio responsable de Cambio Climático y Sostenibilidad de KPMG, José Luis Blasco.

Así, Blasco ha explicado a Europa Press que en estas dos décadas han pasado "muchas cosas", algunas de ellas también buenas, como el hecho de que la población mundial ha crecido un 29 por ciento, algo que ha calificado de "brutal" y que significa que se ha vivido una época de abundancia, mejora de la salud, de menos guerras y mayor estabilidad.

Sin embargo, ha añadido que, por contra en la actualidad hay menos recursos que entonces y más problemas, como la deforestación de los bosques, la pérdida de biodiversidad o el aumento del cambio climático, que ya en 1992 apuntaban como preocupaciones y que se han incrementado.

Al mismo tiempo, ha subrayado que los problemas que hace 20 años se reconocían y se atacaban de forma individual, como el cambio climático, el agua o la deforestación, ahora están "interconectados". En la actualidad, Blasco ha indicado que hay un trinomio: agua, energía y alimentos, que requieren de una inversión "más pensada" porque "todos los ámbitos están altamente conectados".

"Nuestra ambición en la cumbre es poder establecer marcos normativos y establecer interacciones a largo plazo mediante marcos de acción conjunta que realmente se puedan llevar a cabo", ha apostillado el responsable de KPMG.

LOGRAR QUE EL PNUMA SEA AGENCIA

Asimismo, ha subrayado que Naciones Unidas está en una "transformación" en estos momentos, como la reforma del Programa de Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente (PNUMA) cuya reforma afirma que está sobre la mesa. Blasco ha señalado que este Programa mundial podría convertirse en agencia de la ONU y que esta transformación supondría tener una herramienta de "gobierno ambiental más potente" que el existente en la actualidad.

Por otro lado, ha lamentado que en el ámbito medioambiental hay enormes carencias de Gobernanza y ha añadido que una de las cuestiones clave es pensar en distancias a la hora de poder llegar a un texto.

"El último borrador lo calificaría de decepcionante. En la profundidad de los temas es difícil que las prioridades queden claras", ha apostillado.

En otro ámbito ambiental se ha referido también a la geoeconomía de 1992 y la de 2012, cuando hay países emergentes y países desarrollados que "no están en su mejor momento económico" y que creen que las restricciones de carácter medioambiental pueden poner en peligro la cuestión de la recuperación o el crecimiento económico.

Para Blasco, otra de las cuestiones es que "el presente es muy acuciante y la distancia entre el presente y el futuro es una barrera en la negociación".

En este contexto, ha apelado a la solidaridad con el futuro y ha subrayado que "nunca se han logrado convenios internacionales que no cuenten con el refuerzo en la calle", pero lamenta que en la Conferencia de Río+20 "las cosas se han organizado de otra manera", ya que en este momento "la participación y la presión ciudadana son mejorables".

"Los Gobiernos deberían ser reflejo de la ciudadanía y se deberían sentir supeditados al objetivo de salvar las distancias norte-sur, presente-futuro; unas distancias que habrá que salvar", ha sentenciado.

El socio responsable de Cambio Climático y Sostenibilidad de KPMG España, ha manifestado que "todas las cumbres son decepcionantes por naturaleza, y que igual que a Río se le ha hecho justicia 20 años después, espera que no haya que esperar 20 años para hacer justicia a Río+20.

OPORTUNIDAD PARA ESPAÑA

Blasco estima que en esta cita mundial hay "dos asuntos altamente relevantes" que son lograr un convenio internacional de conservación del agua, ya que es clave para mantener la biodiversidad y para la conservación de los ecosistemas. "Esta puede ser una cumbre en la que el agua tenga un gran papel y debería suponer un gran avance. Las características de este convenio deben ser de diferente naturaleza porque es un problema global con actuaciones locales", ha afirmado.

En cuanto a la segunda cuestión, considera que en Río+20 se deberían poner los mimbres para lograr mayores compromisos y un modelo de gobernanza distinto.

Sobre la influencia de la decepción de la Cumbre de Copenhague que "todo el mundo tiene en la cabeza", Blasco confía en que esta circunstancia genere desasosiego en los negociadores para lograr un acuerdo, pese a que en esta ocasión no tenga un carácter vinculante.

"Se necesita menos consenso y más alineamiento. Es importante la presencia de los jefes de Estado en la Cumbre para obtener el respaldo y la visibilidad global. Es positivo y las circunstancias son distintas, pero la sombra de Copenhague está presente", ha valorado.

Finalmente, ha vaticinado que España tiene en esta cumbre internacional una "gran oportunidad" para diseñar el impulso de crecimiento que podría dar esperanza al país, no solo en renovables, sino sobre todo en potenciar la eficiencia energética de edificios, con un sector de la construcción que ha sufrido "mucho", y en sectores como el agroalimentario, el agua o la gestión forestal.

"Hay muchos campos en los que si de Río+20 sale una agenda de crecimiento verde, tengo mucha esperanza en la UE. España podría tener un papel relevante en el nuevo modelo. Me parece importante que el Gobierno haya visualizado esa oportunidad en nuestra economía. No se trata de un planteamiento naif o buenista, sino que el impacto de la economía verde es real", ha concluido.