Actualizado 14/03/2018 08:34

El peor accidente ferroviario de la historia de Costa Rica, la tragedia de Virilla

LA TRAGEDIA DE VIRILLA
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   SAN JOSÉ, 14 Mar. (Notimérica) 

   El 14 de marzo de 1926 tuvo lugar la peor tragedia ferroviaria de la historia en Costa Rica. Más de 350 personas fallecieron cuando el tren que les llevaba a Cartago descarriló en un puente sobre el río Virilla.

   El convoy de la empresa británica Northern Railway Company había dispuesto un tren especial por el número de pasajeros que viajaban aquella mañana hacia la Basílica de Los Ángeles.

   Realizaba un recorrido de unos 40 kilómetros entre las ciudades de Alajuela y Cartago. Una peregrinación que organizó el profesor Francisco Gómez Alizago a beneficio del asilo de ancianos de la vieja metrópoli que congregaba a muchos fieles que iban con sus mejores galas hacia la antigua capital.

   La locomotora partió de la ciudad de Alajuela con la mitad de su capacidad total. Realizó dos paradas más en la localidad de San Joaquín y en la ciudad de Heredia, donde se le unieron otros tres vagones de pasajeros. A partir de ahí el convoy iba repleto, incluso hubo pasajeros que tuvieron que quedarse en tierra.

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   Tras bajar una pendiente y tomar una curva con demasiada velocidad, los últimos tres vagones de la locomotora de vapor descarrilaron justo antes de entrar al puente. Algunos de los vagones quedaron colgando de la estructura o bien en el fondo del río Virilla.

   Las operaciones de rescate de la Cruz Roja fueron complicadas ya que nunca antes habían tenido que hacer frente a una tragedia de tal magnitud.

   Según los datos de la época, 360 personas fallecieron en el accidente y otras 93 resultaron heridas. Los cuerpos comenzaron a alinearse a orillas del río para la posterior identificación de las familias.

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   Entre las razones de la tragedia figuraron el mal estado de la locomotora y de las vías, el cambio de velocidad del maquinista y la cantidad excesiva de personas que viajaban. El gobierno declaró tres días de duelo nacional en memoria de las víctimas.

   A pesar de las investigaciones no se llegó a esclarecer si fue responsabilidad del conductor o un fallo en los acoples del tren. Las víctimas y sus familias fueron finalmente indemnizadas por la compañía ferroviaria.