MÉXICO DF, 26 May. (Notimérica) -
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) estima que el 6% de las pérdidas mundiales de alimentos se dan en América Latina y en el Caribe (ALC).
Según su informe de Pérdidas y desperdicios de alimentos, cada región pierde y/o desperdicia alrededor del 15% de sus alimentos disponibles. Con esta cantidad, en ALC se podrían satisfacer las necesidades alimenticias de más de 30 millones de personas, es decir, del 64% de quienes sufren hambre en estos países, que suponen el 7,9% de la población total.
En lo referente a los eslabones de la cadena donde más comida se pierde, el documento revela que la mayor parte de los desperdicios ocurren a nivel del consumidor y de producción, ambas fases suponen un 28% de las pérdidas. El 17% tiene lugar en el mercado y distribución, el 22% durante el manejo y almacenamiento y el 6% en el procesamiento.
Por zonas, la FAO muestra que San Vicente y las Granadinas, Brasil, Guyana, Honduras y Panamá desperdician más alimentos a nivel de venta al detalle o retail, que los que son necesarios para alimentar a todas las personas que aún sufren hambre en cada uno de esos países.
De hecho, "sólo con lo que se pierde a nivel de retail se podría alimentar a suficientes personas para que la región como un todo alcance la meta relativa al hambre del primer Objetivo de Desarrollo del Milenio", asegura el informe.
Con el fin de paliar este problema, la FAO propone llevar a cabo una estrategia para la reducción de pérdidas y desperdicios de alimentos basándose en tres pilares. En primer lugar, "la tecnología, innovación y capacitación para la recopilación de datos, implementación de buenas prácticas e inversiones en materia de infraestructura y capital para mejorar la eficiencia de los sistemas alimentarios", así como la "gobernanza para el establecimiento de marcos normativos, inversión, incentivos y alianzas estratégicas". El último punto que considera necesario es mejorar la información y comunicación, lo que se traduce en campas de sensibilización eficientes.
En el caso concreto de México, el país pierde un 37% de los alimentos cada año, más del doble de la media del resto de ALC, con lo que se podría alimentar a más de 7 millones de personas en situación de pobreza extrema e inseguridad alimentaria.