Actualizado 13/10/2006 22:08

Perú.- Dictan sentencia contra el ex-líder de 'Sendero Luminoso' por la muerte de miles de peruanos en los años 80


CALLAO, 13 Oct. (EP/AP) -

La Sala Penal Nacional de Perú dicta hoy una histórica sentencia contra el ex-líder de de Sendero Luminoso (SL), Abimael Guzmán Reynoso y sus colaboradores de la cúpula terrorista. La crucial y última audiencia del juicio, que se inició hace más de un año, se realiza en la Base Naval del Callao.

Abimael Guzmán, escucha hoy en calma y vestido de traje, la sentencia de la justicia local que lo podría condenar por la muerte de miles de peruanos en la década de los años ochenta y por decenas de cargos más de terrorismo.

Guzmán, capturado en 1992, se enfrenta a una posible condena de prisión perpetua que ha sido solicitada por la fiscalía, al igual que otros nueve ex comandantes de Sendero, entre ellos su pareja Elena Iparraguirre. Dos ex jefes de menor importancia encaran probables condenas de 25 años de cárcel.

La sesión empezó sin sobresaltos y en medio del resguardo de al menos 12 policías que utilizaban chalecos antibalas. Guzmán ocupó un sitio en la segunda fila entre los otros acusados. Vestía una chaqueta y pantalón negros y camisa blanca, mientras se mostraba relajado, con sus manos entrelazadas entre sus muslos, y conversaba con Iparraguirre, sentada a su izquierda, separada por un asiento vacío.

La prensa local tuvo acceso a la pequeña sala, pero no se permitió el uso de grabadoras, cámaras fotográficas o de televisión, como parte de la estrategia de la fiscalía de impedir que Guzmán realice alguna arenga pública.

Según la fiscalía, la lectura podría extenderse hasta por ocho horas. Guzmán, de 71 años y conocido como "presidente Gonzalo" por sus seguidores, consolidó un ejército guerrillero de más de 10.000 personas que aunque no logró hacerse con el Gobierno, aterrorizó a la nación a lo largo de dos décadas.

Guzmán fue sentenciado en 1992 a cadena perpetua por un tribunal militar, pero este proceso fue declarado inconstitucional y el nuevo proceso se inició en el 2004.

El abogado defensor del ex rebelde maoísta, Manuel Fajardo, argumenta que el proceso judicial es irregular debido a que se está procesando a Guzman como a un terrorista y no como a un líder que guió a un ejército irregular en medio de una guerra interna.

Fajardo incluso ha indicado que Guzmán debe ser amnistiado o liberado, debido a violaciones cometidas por la fiscalía dentro del proceso, al explicar que no se debe buscar una detención de por vida por actos cometidos en medio de una guerra. Fajardo agregó que no espera una sentencia "benigna" y que está preparado para una sentencia que podría mantener entre rejas a Guzmás hasta su muerte.

"Lo que se ha planteado es una amnistía general para todos los que intervinieron en la guerra, tanto del lado de la guerra popular como de la guerra contrasubversiva", dijo el abogado a la prensa, momentos antes de ingresar a la base naval donde se encuentra la prisión de máxima seguridad en la cual está Guzmán, y donde es procesado, en este puerto anexo a Lima.

Explicó que ese pedido de amnistía "es para todos, porque un país no puede vivir eternamente con las heridas de una guerra, en algún momento tiene que enterrar a sus muertos y enterrar a sus heridas". Los fiscales ya han descartado que se vaya a tomar en cuenta ese pedido.

"Todos superan los 50 años, si les dan penas de 30, 35 años, o cadena perpetua, es una pena para que los procesados mueran en prisión", dijo.

Para Ignacio Tacas, de 35 años, uno de los supervivientes de una de las mayores masacres que cometió Sendero en 1983, en donde fueron asesinados 69 pobladores, no hay duda de que fueron víctimas de la intolerancia política senderista.

"Ellos (los senderistas), el 3 de abril de 1983 cometieron actos de masacre con mujeres y niños, los mataron con machetes, piedras, hachas, y a los que agonizaban llegaron a meterlos en una olla hirviendo con agua".

Tacas, que perdió a su padre y cuatro hermanos ese día, cuando él tenía 13 años y, ahora como representante de las víctimas por la violencia política en su pueblo, no duda en pedir la pena de muerte para Guzmán y los líderes que están en juicio, argumentando que los senderistas asesinaron a sus familiares y amigos "por el simple hecho de no compartir sus ideas".

Sendero indicó en esos años que la matanza de Lucanamarca ocurrió para dejar un precedente a aquellos que no acogían sus ideas marxistas maoístas de lucha desde el campo. Guzmán, con tono frío, dijo el año pasado que él era "un combatiente revolucionario" y rechazó ser "un terrorista".

Ahora el ex jefe de Sendero guardaba silencio en la audiencia como muestra de su rechazo a ser juzgado como terrorista. La defensa ya ha explicado que apelará cualquier fallo desfavorable e incluso piensa acudir a tribunales internacionales para presentar el caso como una violación de parte del Estado a los derechos humanos.

Una comisión que investigó la pasada guerra interna determinó que el 54% de las 70.000 víctimas fueron responsabilidad de la guerrilla y el otro porcentaje de muertos se los atribuyó a la acción de las fuerzas armadas.