LIMA, 16 Sep. (EUROPA PRESS) -
Una persona ha muerto y 18 han resultado heridas a causa de los enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad y los vecinos de Espinar, en Cuzco, en el sur de Perú, mientras protestaban contra el proyecto hídrico Majes-Siguas que, según afirman, dejará sin agua al municipio.
La víctima ha sido identificada como Leoncio Fernández Pacheco, un vigilante de la Universidad de San Antonio de Abad que fue sorprendido por las manifestaciones. La causa de la muerte se desconoce por lo que habrá que esperar los resultados de la autopsia, según informó la emisora RPP.
Además, al menos unas 18 personas resultaron heridas por los gases lacrimógenos que usó la Policía para dispersar la marcha. Todas ellas fueron trasladadas a hospitales cercanos que notificaron problemas de abastecimiento para tratar a los afectados. "Un menor de 16 años que estaban operando requería antibióticos y no había suficientes", dijo el Defensor del Pueblo de Cuzco, Silvio Campana.
El funcionario explicó que su institución ya había advertido a las autoridades locales de los conflictos que generaría este proyecto hídrico. El plan contempla la construcción de una presa y de un sistema de distribución que permitirá irrigar unas 38.500 hectáreas de cultivos en la cercana región de Arequipa.
"Toda la región está muy exacerbada por este tema, pues se decidió ir por la vía legal, y a pesar de que una resolución judicial ordenó un estudio de impacto ambiental y de evaluación de balance hídrico antes de ejecutar el proyecto, se entregó y eso produjo el conflicto", aclaró Campana.
A pesar de que el Gobierno ha emitido un decreto para garantizar el suministro de agua a Espinar, sus habitantes se muestran escépticos y aseguran que esta iniciativa provocará un desabastecimiento en toda la zona. "Con esta concesión están condenados a tener una falta de agua para toda la vida", apostilló Néstor Cuti, uno de los líderes de las protestas.
Por su parte, el ministro de Finanzas, Ismael Benavides, que este miércoles tomó posesión del cargo, mostró su solidaridad con los manifestantes y descartó que dicho plan fuera a tener consecuencias negativas sobre el municipio. "Este proyecto va a generar 150.000 o 200.000 puestos de trabajo, y estoy seguro que muchos de ellos irán a Espinar", indicó.