Actualizado 02/03/2011 04:22

Un muerto y nueve heridos por enfrentamientos entre militares y mineros ilegales en Madre de Dios


LIMA, 2 Mar. (EUROPA PRESS) -

Al menos una persona ha muerto y nueve han resultado heridas por los enfrentamientos entre mineros ilegales y militares en el departamento de Madre de Dios, en el sureste de Perú. Las revueltas obedecen a la intención del Gobierno de frenar la extracción ilegal de oro en el río Inambari, una de las mayores reservas naturales del país.

Según las versiones de algunos testigos, podría haber más muertos, aunque las autoridades han declinado facilitar un balance de víctimas. "Nosotros tenemos información de que los muertos son cuatro", dijo José Luis Quequejena, asesor de la Federación de Mineros Informales de Madre de Dios (Fedemin).

Al parecer, el Ejército irrumpió en la zona bombardeando y dinamitando las dragas instaladas en dicho afluente, a pesar de que horas antes el ministro de Medio Ambiente, Antonio Brack, había ordenado detener su destrucción para iniciar unas negociaciones con los mineros.

A raíz de este ataque, éstos han decidido acatar una huelga indefinida hasta que el Gobierno acceda a derogar el decreto que prohíbe la explotación de esas aguas. "Los mineros van a continuar con el paro porque el ministro no ha sido claro en sus declaraciones", dijo el diputado opositor Juan Perry.

"Uno no puede ir a un departamento y dinamitar las dragas. Yo creo que hay otro camino, como decomisarlos. Se puede hacer una minería limpia, pero de parte del Ejecutivo no hay la voluntad que debería haber", sentenció, en declaraciones recogidas por la emisora RPP.

Los choques comenzaron hace dos semanas, cuando se iniciaron las tareas de eliminación de dragas en el Inambari, alegando que suponen una amenaza para su ecosistema, debido a la elevada cantidad de mercurio empleada para extraer el oro.

Las decisiones gubernamentales sobre los recursos naturales suelen desatar este tipo de conflictos. El año pasado seis personas murieron después de que se limitaran las áreas de extracción, mientras que en 2009 unos 30 indígenas fallecieron tras la ampliación de la zona de explotación de la Amazonía.