Actualizado 21/02/2012 15:53

Un total de 46 periodistas fueron asesinados mientras trabajan en 2011 y 179 fueron encarcelados, según CPJ


MADRID, 21 Feb. (EUROPA PRESS) -

Un total de 46 periodistas fueron asesinados en 2011 mientras informaban y 179 fueron encarcelados por su trabajo, según el informe anual sobre ataques a la libertad de prensa presentado este martes en Nueva York, Londres y El Cairo por el Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ, por sus siglas en inglés). De España, el CPJ destaca que al menos 19 periodistas necesitaban escolta para ejercer su trabajo en el País Vasco a finales de 2011 a pesar del alto el fuego permanente de ETA.

El exhaustivo informe, que cada año recoge los casos de asesinatos a periodistas que la organización ha conseguido contrastar, alerta de que cada vez más hay gobiernos y grupos criminales en todo el mundo que están "aprovechando de tácticas nuevas y tradicionales para controlar la información, con el propósito de ocultar delitos, silenciar las críticas y privar de sus derechos a los ciudadanos".

Como ejemplo de estas "nuevas tácticas" para silenciar las protestas, el informe recoge el bloqueo informativo en Siria o el apagón de Internet en Egipto, y advierte de que la supresión local de información, ya sea por medios tecnológicos, persecución legal o violencia contra los periodistas, no solo afecta a la población de los países en los que ocurre, sino que tiene repercusiones a nivel global.

"No se puede tener una comprensión acabada sobre el descontento político, los desastres ambientales y otros movimientos a escala global cuando información clave es censurada", ha afirmado el director ejecutivo del CPJ, Joel Simon, quien ha subrayado que "en una época donde el flujo informativo es globalizado, la censura es una violación transnacional que debe ser neutralizada en forma categórica".

Las maniobras para silenciar a la prensa difieren dependiendo de la región del mundo. Así, el CPJ ha encontrado que en el mundo árabe los periodistas se enfrentan a "nuevas e impredecibles amenazas"; en Asia la intimidación provoca un "efecto inhibidor"; en África, el periodismo de investigación es considerado como una amenaza para el desarrollo; en América Latina, los medios estatales son utilizados como herramientas de comunicación política contra la prensa independiente; mientras que en todo el mundo leyes para el crimen en Internet "ponen a los periodistas en peligro potencial".

LIBERTAD DE PRENSA EN ESPAÑA

Respecto a España, el CPJ pone el acento en cómo los grupos armados amenazan la libertad de prensa. En este sentido, la organización subraya que a finales de 2011 al menos 19 periodistas tenían que trabajar bajo protección policial, de acuerdo a cifras de la Federación de Asociaciones de Periodistas Españoles (FAPE) a pesar del alto el fuego permanente declarado por la banda terrorista ETA en enero de 2011.

Asimismo, la organización critica la actitud "indulgente" del anterior Gobierno socialista respecto a las "terribles condiciones" de la libertad de prensa en Cuba, a pesar de que reconoce el esfuerzo del Ejecutivo para liberar a periodistas cubanos encarcelados en 2010 y 2011.

En general, sobre los países del entorno europeo y Asia Central, el CPJ advierte de que "la brecha entre los países que defienden la libertad de prensa como un valor fundamental y los que reprimen a la prensa crítica e investigadora se está ampliando". Dentro de la Unión Europa, el informe destaca los casos de Hungría, que, a su juicio, "ha sentado un peligroso precedente mediante la adopción de una nueva ley de medios y una constitución que desafían valores fundamentales".

Además, el CPJ considera que en sus relaciones exteriores, la UE "desatiende la libertad de prensa en el diálogo con países poderosos como China y Rusia, donde el encarcelamiento y la impunidad en los casos de asesinatos de periodistas, respectivamente, siguen siendo la norma".

Respecto a África, la organización señala que, a medida que China se convierte en un socio comercial clave y expande su influencia en la región, el periodismo de investigación es interpretado por algunos gobiernos como perjudicial para el desarrollo económico. En los últimos diez años, al menos 301 periodistas africanos han huido de sus países por temor a la violencia y el encarcelamiento, más del doble del número de exiliados de cualquier otra región.

Mientras, en América uno de los principales problemas de la libertad de prensa es la utilización de los medios de comunicación estatales para promover los objetivos políticos, una costumbre que se ha convertido en "una tendencia notoria en los países políticamente polarizados en América Latina", según el CPJ, mientras que en otros países como México, "la violencia contra la prensa continúa en aumento y permanece en la impunidad".

En Asia, la censura tiene múltiples facetas, dependiendo del país, desde "la represión oficial a la violencia que a menudo queda impune". Desde 1992, la región ha registrado 156 casos de periodistas caídos por su labor que aún no han sido resueltos. Durante los últimos dos años, Pakistán ha sido el país más letal para los periodistas, mientras que en Filipinas el juicio que busca impartir justicia para los 32 periodistas y trabajadores de medios asesinados en 2010 se ha estancado.

También en Oriente Próximo y el norte de África, la organización encuentra amenazas para la libertad de prensa, pese a las últimas revueltas. "En medio un clima de agitación social, el éxito o el fracaso de las revueltas populares dependen del control del relato. Los periodistas, en tanto, son víctimas de nuevas amenazas", indica el informe, que señala que "a medida que disminuye el número de juicios prolongados y politizados, el número de ataques y muertes aumenta".