Publicado 11/07/2015 12:29

Un pueblo de Río de Janeiro planta un árbol por cada recién nacido

Itaperuna, Brasil
WIKIPEDIA

   RÍO DE JANEIRO, 11 (Notimérica)

   La ciudad de Itaperuna, al norte del estado de Río de Janeiro, es un municipio de casi 100.000 habitantes que está llevando a cabo una original iniciativa para paliar el calor extremo que suele azotar a la región y la deforestación que casi ha acabado con la selva virgen: plantar un árbol por cada niño recién nacido.

   El pasado mes de enero el Ayuntamiento puso en marcha la iniciativa 'Un niño, un árbol', que plantea que por cada bebé que nazca en la ciudad se plante un árbol autóctono de la Mata Atlántica, el amenazado ecosistema de la zona. Se une así la reforestación y la educación ambiental, según ha explicado a Notimérica el secretario de Medio Ambiente del municipio, Alair Ignácio.

   El trabajo empieza cuando las embarazadas acuden al sistema de salud local. Allí se las informa del proyecto y se las invita a unirse sin ningún coste. Cuando el niño nace el Ayuntamiento entrega a los padres un diploma con el título de 'Niño amigo de la Naturaleza', el nombre común y científico de la especie del árbol que será plantado y las coordenadas para localizarlo.

   La mayoría se plantan en un terreno público perteneciente a un área de conservación, pero si la familia lo prefiere también puede plantar el árbol en su casa. Ignácio explica que en la actualidad se está reforestando una zona de bosque de ribera del río que había sido totalmente devastada.

   "Cuando plantamos les explicamos que esa vegetación es como si fuera la pestaña del ojo; evita que entre basura en el cauce, ayuda a equilibrar la temperatura del agua. Es muy importante", subraya, y confía en que a largo plazo los árboles ayuden a suavizar el clima de la ciudad, considerada la más calurosa del estado.

   Hasta ahora ya se han plantado 80 árboles, pero para el próximo 1 de agosto está planeada una gran fiesta para las familias en las que se plantarán a la vez más de 400. El responsable de medio ambiente quiere que cuando los niños ya tengan unos cinco años vayan a la zona a reencontrarse con sus árboles para continuar así el trabajo de concienciación ambiental.

   Las montañas de Itaperuna, primero arrasadas por el monocultivo del café y después por la ganadería intensiva, puede que recuperen en un futuro su verde original de la mano de sus habitantes más jóvenes. Otras ciudades brasileñas, como Diamantina (Minas Gerais), Guarapari (Espírito Santo) o Sorocaba (São Paulo) están llevando a cabo iniciativas similares.