Actualizado 24/04/2018 15:08

Rosario Murillo, la primera dama con el poder más extravagante de Nicaragua

Nicaragua's first lady and vice presidential candidate Rosario Murillo stands ne
REUTERS / OSWALDO RIVAS
   

   MANAGUA, 24 Abr. (Notimérica) -

   'La Chayo', así la conocen en Nicaragua. Rosario Murillo, esposa del presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, es seguramente la vicepresidenta más poderosa de toda la región iberoamericana. Chayo no es solo la primera dama de Nicaragua, ni tampoco es únicamente la vicepresidenta del país, es todo eso y mucho más. Chayo manda en Nicaragua.

   "En la presidencia, la Rosario es 50 por ciento y Daniel, 50 por ciento", aseguró el propio Ortega en una conferencia pública en una ocasión. Hija de Zoilamérica Zambrana Sandino y sobrina-nieta de Augusto César Sandino, el héroe nacional de Nicaragua inspirador del movimiento sandinista, Rosario Murillo fue educada en Suiza, habla varios idiomas y durante su juventud se encaminó hacia el mundo de las letras.

   'Chayo' conoció a Ortega en los años 70, cuando este residía en Costa Rica después salir de la cárcel por asaltar un banco cuando operaba como militante sandinista durante el Gobierno de Anastasio Somoza. Consiguió la libertad después de que varios militantes sandinistas tomaran la casa del presidente del Banco Nacional de Nicaragua y liberaran a los rehenes a cambio de ocho presos del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN).

   En 1978 Ortega y Murillo se unieron como pareja, pero no fue hasta el año 2005 cuando se casaron por la iglesia y pasaron a ser formalmente matrimonio. Murillo, también militante sandinista, favoreció notablemente a Ortega en las giras internacionales que el presidente de Nicaragua llevó a cabo durante sus años como líder de la junta del 'Gobierno de reconstrucción nacional'.

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   "Rosario es muy inteligente, es una mujer con mucha formación, con dominio de varios idiomas. Eso favorecía muchísimo el acompañamiento que hacía de Daniel (Ortega) en muchas delegaciones internacionales", explicaba, según recoge 'BBC Mundo', la excomandante guerrillera y diputada nicaragüense, Mónica Baltodano, en entrevista con Canal 2 de Nicaragua.

   A partir de ese momento, Murillo comenzó a tomar notoriedad y poder a nivel político y social en el país. En el año 1981 Murillo comenzó a coordinar el Consejo de Dirección de Ventana, el suplemento cultural de Barricada (el diario oficial del FSLN). Tres años después de que Ortega asumiera el poder del país, Murillo fue nombrada directora del Instituto de Cultura, dejando el puesto en 1990, cuando Ortega convocó elecciones democráticas y fue derrotado por Violeta Barrios de Chamorro, de la Unión Nacional Opositora (UNO).

   En aquel momento, con Ortega ejerciendo la oposición, Murillo dejó de estar en el centro del ojo público y se dedicó principalmente a la crianza de los siete hijos que tiene con Ortega, así como de los dos anteriores fruto de una relación previa de Murillo. Precisamente, fue Zoilamérica Narváez, una de las hijas de su matrimonio anterior, la que puso en el punto de mira a la familia en 1998.

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   Zoilamérica Narváez acusó a su padrastro, entonces líder de la oposición, de haber abusado sexualmente de ella sistemáticamente cuando era una niña. "Afirmo que fui acosada y abusada sexualmente por Daniel Ortega Saavedra, desde la edad de 11 años, manteniéndose estas acciones por casi veinte años de mi vida". Ante ello, Murillo dio una respuesta que, sin duda, marcó sus intenciones y marcó su futuro.

   "Les digo con toda franqueza, me ha avergonzado terriblemente que a una persona con un currículo intachable se le pretendiera destruir; y (que) fuese mi propia hija la que por esa obsesión y ese enamoramiento enfermizo con el poder quisiera destruirla cuando no vio satisfecha su ambición", aseguró Murillo. Después de ello Ortega fue desestimado, pero sobre todo el poder de su mujer frente a él creció enormemente.

   En el año 2006, siendo Ortega presidente de Nicaragua, 'Chayo' comenzó a adquirir más notoriedad política, ocupando diversos cargos políticos durante los continuos Gobiernos de su marido: líder del Consejo de Comunicación y Poder Ciudadano, quiso darle un giro a la imagen del país e incluyó colores vivos, flores y árboles en actos públicos e, incluso, en el escudo nacional.

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   Es muy recordada la instalación de los 'árboles de la vida' en la avenida principal del Managua para, como dijo, cargar de buena energía la ciudad. Sus medidas y declaraciones públicas se asemejan a su personalidad y a su imagen. Sus extravagantes vestimentas, complementos y gestos muestran cómo es por dentro esta mujer, mucho más que la primera dama y que la vicepresidenta, ecléctica y un tanto esotérica.