Actualizado 22/11/2010 15:12

R.Quetzal.- La Ruta Quetzal 2011 seguirá los pasos del religioso español Martínez Compañón en Perú

Dos de los expedicionarios serán jóvenes con discapacidades


MADRID, 22 Nov. (EUROPA PRESS) -

La Ruta Quetzal BBVA del verano de 2011 se desarrollará en el norte de Perú, donde los expedicionarios seguirán los pasos del religioso español Baltasar Jaime Martínez Compañón, que en 1779 se convirtió en obispo de la ciudad de Trujillo, y conocerán las principales culturas prehispánicas de la zona para después, ya en España, visitar Madrid y Navarra y navegar por el mar Cantábrico desde el País Vasco hasta Lisboa y terminar en Extremadura.

Los 222 'ruteros', procedentes de 53 países, iniciarán su viaje en Lima para continuar por Huacho, Trujillo y Chiclayo. Allí conocerán la cultura Moche (del siglo I al 750 d. C.), una de las civilizaciones prehispánicas más complejas y sofisticadas de América, y, tras atravesar la cordillera de los Andes, llegarán al lugar donde se desarrolló la cultura Chapapoyas.

Martínez Compañón realizó allí, durante sus inspecciones pastorales, 1.411 dibujos sobre la realidad natural y sociocultural de la zona, según explicó el director de la Ruta Quetzal BBVA, Miguel de la Quadra-Salcedo, durante la presentación de la XXVI edición, que esta vez lleva por nombre 'La Aventura de Martínez Compañón en Perú. Del desierto del Moche a la selva amazónica'.

De la cultura Moche, los jóvenes conocerán las huacas del Sol y de la Luna, las tumbas reales del Señor de Sipán o el complejo arqueológico El Brujo. En la unión del Bosque Nuboso con la cuenca alta del Amazonas, donde se ubicó la cultura Chachapoyas, podrán admirar la catarata de Gocta, la fortaleza de Kuélap o las tumbas Chachapoyas de Karajía y Ciudad de los Muertos.

A su llegada a España, los expedicionarios serán recibidos por los Reyes don Juan Carlos y doña Sofía en el Palacio de El Pardo de Madrid y realizarán varias visitas culturales en la capital. Después se trasladarán a los municipios navarros de Fitero y Cabredo, donde nació Martínez Compañón, y conocerán la sierra de Urbasa.

Posteriormente, navegarán en una fragata de la Armada Española desde el puerto de Pasajes (Guipúzcoa) hasta Bilbao, desde donde se dirigirán a Santander. A través del Parque Nacional de los Picos de Europa, los jóvenes llegarán a Asturias, donde pararán en Avilés, y continuarán hasta A Coruña para ir después a Finisterre y atracar en Lisboa.

Por último, visitarán la ciudad cacereña de Trujillo para conmemorar el quinto centenario del nacimiento de Francisco de Orellana, quien se trasladó a Perú en 1527 para participar en la conquista del imperio Inca y descubrió el río Amazonas en 1542.

"ELIMINAR BARRERAS"

Durante el acto de presentación de la próxima edición de la Ruta, el presidente del BBVA, Francisco González, manifestó su "compromiso con la educación" y señaló que el objetivo de la entidad bancaria, que financia la expedición desde hace años, es que "la ruta sea un programa inclusivo, que permita eliminar barreras y luchar contra la exclusión social".

Por eso, dijo, este año participarán en la aventura dos jóvenes con discapacidad gracias a un acuerdo que ha alcanzado el BBVA con la Fundación ONCE, el Comité Español de Representantes de Minusválidos (CERMI) y la organización de la Ruta. "Las personas discapacitadas tienen muchas cosas que decir y que enseñarnos", destacó.

González indicó que la Ruta Quetzal BBVA transmite valores como "el respeto a la diversidad, la solidaridad o el trabajo en equipo" y el año que viene quiere incidir también en que se puede lograr la "igualdad de oportunidades" mediante la educación.

El ministro de Educación, Ángel Gabilondo, apoyó esa idea y declaró que "la máxima exclusión es la exclusión del conocimiento". A su juicio, la Ruta Quetzal, una "universidad itinerante", promueve la concepción del viaje "como espacio de cultura y de formación" y la "educación en comunidad", ya que los jóvenes viven la experiencia juntos.

Gabilondo aseguró que la Ruta Quetzal es "un modelo para toda la sociedad" porque fomenta "la unión de culturas, países y personas" y permite "trascender fronteras, ideologías y prejuicios", potenciando la "interculturalidad". En este contexto, elogió la labor de De la Quadra-Salcedo, que es "capaz de crear vínculos" y "armonizar voluntades" en una sociedad que tiende a "distinguir".