Actualizado 20/06/2010 10:34

R.Quetzal.- Los 'ruteros' retroceden en la Historia visitando las ruinas de la ciudad prehispánica de El Tajín


PAPANTLA (MÉXICO), 20 Jun. (Del enviado especial de Europa Press, Daniel Herrero) -

Los más de 200 jóvenes participantes en la XXV edicion de la Ruta Quetzal prosiguieron este sábado su particular recorrido por la cultura y la tradición totonaca adentrándose en la ciudad arqueológica de El Tajín, ubicada en el estado de Veracruz (sureste), y que da muestra de una Historia rica en espiritualidad y respeto por la naturaleza.

Los 'ruteros' abandonaron por la mañana el campamento rumbo a El Tajín -trueno--, ruinas que en su día fueron una importante ciudad cuyo esplendor llegó entre los años 650 y 950. El asentamiento llegó a extenderse hasta 10 kilómetros cuadrados y a albergar entre 20.000 y 30.000 habitantes debido a su ubicación estratégica y a la atracción que suponía para habitantes de otras zonas, aunque a la larga precisamente este crecimiento fue el que le terminó costando su desaparición por la superpoblación y el agotamiento de los recursos.

Del asentamiento, descubierto en 1785 por el militar hispano Diego Ruiz, han sobrevivido numerosas pirámides de base cuadrada, y especialmente reconocible es la Pirámide de los Nichos, con uno por cada día del año. La zona, asentada estratégicamente entre cerros, oculta bajo su superficie un total de 128 de estos basamentos escalonados, tal y como se ha podido establecer a finales del siglo pasado mediante el análisis vía satélite, explicó uno de los guías.

El Tajín se fundamentó en el desarrollo agrícola, en el cultivo de plantas como el algodón, el cacao y la vainilla, pero no menos importante fueron sus tradiciones religiosas que incluso se extendían a actividades aparentemente lúdicas. Así, los guías explicaron a los expedicionarios, divididos en grupos, un peculiar juego de pelota en el que los participantes -tres por cada equipo-- debían evitar que el pesado balón cayese en su campo sirviéndose únicamente de torso, cadera y rodillas.

Dos veces al año, el juego se volvía religioso con el objetivo de sacrificar a uno de los participantes. El elegido era el capitán del equipo ganador, para quien era un honor ascender "rumbo directo" hacia el Sol, algo reservado a muy pocas personas como, por ejemplo, las mujeres que morían durante el parto. Además, este sacrificio era utilizado por sus conciudadanos como ofrenda a las buenas cosechas.

Al término de este recorrido guiado, los 'ruteros' participaron en un serie de talleres basados en elementos de la cultura totonaca y en los cuales los jóvenes experimentaron con pintura, barro o piedras.

REPRESENTACIÓN EXTRANJERA

Para Adriana, 'rutera' de Cuenca, la excursión ha sido "muy impresionante", especialmente por lo que supone conocer una cultura tan diferente a la occidental actual. "Me ha encantado", explicó, por su parte, Anna, una ciudadana sueca que ejemplifica la amplia variedad de países representados en esta XXV edición.

Hasta 53 países cuentan con algún representante entre los 270 jóvenes participantes, y todos ellos coinciden en hablar y entender prácticamente a la perfección el español. Natasha, de Alemania, ha ganado su plaza tras obtener el primer puesto en un concurso de idiomas y, aunque domina el castellano y se siente completamente integrada en el grupo, añade un matiz que aspira a superar: "No puedo entender algunos chistes".