Actualizado 15/01/2010 16:51

El Salvador.- El Gobierno, preocupado por las deportaciones de salvadoreños desde EEUU que alcanzan las 20.000 al año


COMALAPA (EL SALVADOR), 15 Ene. (Reuters/EP) -

El Gobierno de Mauricio Funes ha expresado su preocupación por las deportaciones masivas de salvadoreños desde Estados Unidos que alcanzan un promedio de 20.000 personas al año, que pasan a engrosar la larga lista de desempleados en esa empobrecida nación centroamericana.

De los cientos de deportados que recibe el país semanalmente, muchos son pandilleros con antecedentes penales en Estados Unidos, un precedente que disminuye las ya de por sí pocas oportunidades de encontrar trabajo y aumenta las preocupaciones del Gobierno sobre un alza en delitos.

Muchos deportados vuelven a intentar la arriesgada travesía hacia el norte viajando por Guatemala y México para cruzar ilegalmente la frontera norteamericana.

Pero otros desisten y se convierten en un creciente problema para el Gobierno, que actualmente intenta conseguir de Washington una moratoria a las deportaciones, al menos hasta que la economía logre levantar cabeza.

"Queremos explorar alternativas a la petición que hemos hecho como Gobierno de El Salvador de la moratoria de las deportaciones", informó recientemente el viceministro de Relaciones Exteriores para los salvadoreños en el exterior, Juan José García.

El funcionario hizo un viaje desde Texas a San Salvador, con deportados, junto con el subsecretario Adjunto de Operaciones del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE, por sus siglas en inglés), Alonso Peña, para luego mantener una reunión que concluyó sin resultados.

Las autoridades de El Salvador les da a los deportados al llegar un plato de pupusas --las típicas tortillas de maíz--, una bolsa con jabón, un cepillo y pasta dental y los acompañan a las terminales de autobuses para que regresen a sus lugares de origen, donde el futuro es incierto.

El país no puede ofrecerle mucho más que eso, mientras sufre el coletazo de la crisis mundial desatada en Estados Unidos que acabó de complicar a la economía.

"Me fui por las grandes deudas que tenía acá, me estaban arrinconando las tarjetas de crédito, los bancos y me dije 'aquí no puedo hacer nada, mejor me voy'", comentó Geovanni Tejada, de 32 años, quien a comienzos de enero volvió deportado por segunda vez en su vida, en esta ocasión desde Texas.

La crisis en Estados Unidos golpeó a toda Centroamérica, pero fue especialmente despiadada con El Salvador, porque los 2,5 millones de inmigrantes que viven en Estados Unidos son un histórico salvavidas que mantiene a flote a la economía.

Los cientos de millones de dólares que envían a familiares suplen la falta de empleo en el país más pequeño de Centroamérica, conocido como productor de 'café gourmet'.

Pero la tormenta económica en Estados Unidos hizo caer las remesas un 8,5 por ciento el año pasado a 3.465 millones de dólares (2.407 millones de euros), debido a los miles de salvadoreños que perdieron su trabajo o fueron contratados por menos horas en tierra estadounidense.